La alternativa pagana:
Por todo esto, la «Apuesta de Pascal» es irrelevante para el Paganismo. Esto es así, no tanto por la parcialidad de su autor y la miopía de no entender que lo religioso o la vida espiritual, no se reduce a creer o no en el dios de la Biblia, sino que existen enésimas otras opciones.
Más que nada nos es ajeno, porque todo verdadero pagano jamás enfoca sus esfuerzos en una vida futura, sino en la consecución de la presente. El sentido de la vida para el pagano es vivir el aquí y el ahora, con la esperanza de una vida futura y trascendente, pero sin preocuparse por cómo será o que ocurrirá en ella, y enfocándose sí en vivir esta plenamente, con honor y significancia, tratando de dejar algún legado, por mínimo que sea, antes de cerrar los ojos y descender a la tumba.
En esta dicotomía, entre «penar» la vida o «disfrutarla», está la más importante e irreconciliable diferencia entre las religiones derivadas de la Biblia y casi cualquier tradición pagana que se precie de tal.
No se trata de creer o no en lo divino o en una vida futura (más allá de la existencia mortal), se trata de donde mantenemos nuestro enfoque, de en donde gastamos nuestras energías y de cuál es el sentido que le damos a la vida: Vivir para lo que sabemos existe o sobrevivir para lo que «creemos» quizás pudiera existir.
Debe quedar muy claro, que de elegir la opción que Pascal nos propone, es falso el supuesto de que «no perdemos nada», en caso de que «Dios no exista» (o lo que es lo mismo: «Que no exista una vida eterna luego de la mortal»). La realidad es que lo perdemos todo: Porque si lo único que tenemos es esta vida y la transcurrimos gastando nuestro potencial, nuestro tiempo y recursos en obtener algo que vendrá después y que en realidad no existe, perderemos lo único que en verdad importa y tenemos: La Vida (esta vida) y de una manera triste, vana y carente de sentido.
Es cierto que muchas personas (quizás, por desgracia, la mayoría), trascurren los años de su vida sin darle sentido alguno a la misma, sea que crean o no en una u otra cosa de las que Pascal plantea.
Pero existe una diferencia: Mientras que este grupo de personas indolentes, desperdician su vida por no tomarse el trabajo de darle un sentido, el grupo de los «creyentes» (teístas), se esfuerza cada día por apartarse de la felicidad material, del placer sensual e intelectual, con el único fin de lograr un premio luego de la muerte (premio que nadie sabe explicar en qué consiste, al menos con detalle). Los unos, mientras tengan vida, siempre pueden cambiar de actitud; los otros, ya han traspasado el punto de «no retorno».
A diferencia de lo anterior, en el contexto pagano, se puede o no ser indolente. Pero aquellos que eligen vivir una vida con sentido, no dudan que cada segundo de disfrute en este mundo, vale la pena y el único límite que se debe imponer a ello, es el respeto de la libertad y dignidad de los demás seres, que también tienen derecho a disfrutar de sus propias vidas.
La enseñanza que el Paganismo Ancestral nos deja respecto de la cuestión inherente a la «Apuesta de Pascal», es que se puede o no creer en otra vida, se puede o no creer en uno o varios dioses, se puede aceptar que el ser humano es libre o esclavo del destino pero, en cualquier caso, hay que tratar de vivir esta vida plenamente, aprovechando cada minuto y gozando de ella al máximo, porque de esta vida tenemos certeza, de cualquier otra no.
Ningún verdadero pagano «apostaría» la presente vida en función de una futura. Nuestros ancestros pudieron haber muerto en batalla esperando entrar en Amenti, Eliseum o Valhalla, pero en ningún caso buscaban perder esta vida en pos de una futura.
Aquellas personas morían heroicamente, para darle un sentido a la vida mortal que poseyeron, un corolario digno, una razón ulterior. Sin embargo, si bien casi todos ellos expiraban con la esperanza de continuar más allá de este mundo, ninguno abandonaba esta con ese propósito.
No se trata de aferrarse a toda costa a la presente vida o de temer al día final. Por el contrario, el pagano está (o debería estar) preparado para saludar a la Muerte cada día de su vida. Pero es esta conciencia de la transitoriedad de la existencia, de su finitud, la que hace que se la viva plenamente y no como Pascal planteó: Apostar a una salvación en un reino celestial del cual nada sabemos, sacrificando los placeres, alegrías y el conocimiento que podríamos obtener o lograr en esta vida. En síntesis, no se trata de temor a la Muerte, sino de amor a la Vida.
Esta visión pagana de las cosas, podría incluso iluminar la visión de la Vida y la Muerte que tienen otras religiones. Un cristiano podría por tanto, vivir pensando en la Salvación que su religión promete, tratando de cumplir con las condiciones necesarias para obtenerla, pero sin sacrificar el tiempo de su vida mortal, sin perder la oportunidad de vivir y disfrutar del mundo que, con certeza, conoce que existe.
Podemos concluir entonces, que el problema no fue tanto la fe que Pascal propuso mantener, sino el apostar por ella algo tan preciado como la Vida misma.
No fue la «fe» lo que estaba mal en Pascal, sino su desesperación, su ceguera espiritual y su temor a la Muerte.-
Si bien, probablemente, no la primera de la historia, porque existen evidencias de que los griegos del período helénico crearon máquinas similares un par de siglos antes de Cristo, como lo demuestra el «Mecanismo de Antikythera» que, como se ha establecido, podía calcular con gran precisión la posición de la Luna, el Sol y los planetas visibles. Si bien la máquina de Pascal era de otra naturaleza (procesaba operaciones aritméticas simples), el hecho de que 1800 años antes se crearan máquinas muchos más sofisticadas que la del filósofo, permite suponer que también existieron mecanismos similares al suyo en la Antigüedad.
Concilio ecuménico de la Iglesia Católica Apostólica Romana, desarrollado a través de 25 sesiones, durante los años 1545 al 1563. Su motivación principal fue poner freno a la Reforma Protestante.
Aurelius Augustinus Hipponensis (354 a 430 d.C.), el «San Agustín« de la Iglesia Católica.
Blaise Pascal, «Pensées» , Parte III, §233, 4
Antiguo Testamento, Libro de los Salmo 146:4
La palabra hebrea «seol» alude a la tumba, a un pozo o lugar último.
«Poema de Gilgamesh”, Tablilla X, Columna III – h. 1500 a.C.
Pensées, Parte III, §210 y §213
René Descartes (1596 – 1650), era contemporáneo de Pascal y ambos llegaron a conocerse (en 1647). Sin embargo, parece que disentían en muchas cuestiones filosóficas y científicas.
+ Citas de Pensées: «Pensamientos», Tomo I, Blaise Pascal, Ediciones elaleph (c) 2001
Etiquetas:
Temas:
Series:
Autor, antropología, psicología; community manager, diseño y administración web…
Investigador del pasado y los orígenes de las creencias. Dedicado a la reconstrucción y divulgación del Paganismo; a la lucha por el laicismo y el conocimiento científico. Activista de los Derechos Humanos y los Derechos Animales. Ecologista radical. Pagano, liberal. Escritor, librepensador… 44 años de experiencia en la reconstrucción y difusión del Paganismo y el legado ancestral (25 años en la red).
Me gusta lo desconocido, el Erebus, lo que está en penumbras… Valoro tanto la Oscuridad como la Luz, que forman un eterno balance el cual da vida al Universo. Estoy en una jornada, una aventura y una exploración que sólo terminará cuando muera…
«En la arena del debate, sólo cae herida la ignorancia.»