Ya no podré correr entre los callejones oscuros ni saltar a los árboles para cazar u observar a la Luna, en esas noches en que la misma se encuentra llena… Mis otrora poderosos ojos, ya no ven, mis sensibles oídos, ya no escuchan. Mi vida ha sido cegada, estoy muerta…
Me han matado, quienes una vez moldearon a mis ancestros, ilustres y sagrados, los cuales descendían de otros más grandes, que venían de las selvas y sabanas del África y fueron acostumbrados a vivir en ciudades por unos extraños pero gentiles humanos que nos adoraban como a dioses.
En aquellos viejos tiempos de nuestra especie, un acto así, sin duda habría suscitado la muerte o mutilación de su autor y mi vida, aniquilada a las 7 semanas de nacer, habría sido vengada para la gloria de la Señora Bastet, mi Divina Madre, la madre de todos nosotros, a quienes los hombres llaman «gatos».
Pero no fue sólo allí, en el país de las arenas y el río sagrado, en donde tantas rocas se apilaron en nombre de los dioses, cuando los míos fueron felices. No he tenido tiempo de aprender demasiado, pero he sabido que unos poderosos y honorables guerreros en el norte de la Tierra, gustaban de nuestra compañía a cambio de nuestra eficiente lucha contra los roedores que plagaban a sus barcos de guerra. Allí, mi Madre tenía otro nombre, Lady Freyja, y cuidaba de nosotros del mismo modo.
Aún hay otra historia, que llegué a conocer, venida del Oriente, donde existió un hombre «iluminado», quien fue reverenciado por su sabiduría a través de los siglos. Nosotros, llegamos a un acuerdo con sus gentiles sacerdotes, pues su Maestro había enseñado el respeto hacia todo lo viviente: Ellos nos alimentaban y cuidaban, a cambio de que nosotros protegiéramos sus templos y mantuviéramos alejados a las alimañas y a los ladrones. Aquellos, también fueron tiempos felices y honorables para mis hermanos de esas lejanas tierras.
Pero esos mismos hombres que adoraron a mis ancestros durante miles de años, un día adoptaron otras creencias, mi Madre fue olvidada y otros símbolos oscuros y sombríos, tomaron su lugar. Esa nueva «religión» de supuesto «amor», trajo la destrucción de los míos durante siglos, creyéndonos seres malignos y perversos, cuando la única perversidad estaba en sus corazones… A mí me tocó nacer en ese mundo, por eso morí, por eso me asesinaron.
Quienes me mataron, dicen adorar a un hombre muerto, uno que enseñaba «amor» para con sus semejantes, pero que olvidó el amor para con todos los demás seres, entre los cuales están los de mi especie.
Entonces fue así, que aquellos que me «crearon» a partir de mis grandes antepasados felinos, ahora nos exterminan como a una plaga, porque «no tenemos alma», porque «somos cosas»… ¿Sabrán ellos que son ignorantes? ¿Qué creen eso porque no entienden nuestro mundo… ni tampoco el de ellos mismos?
Ya no puedo pensar estas cosas, mi refinado organismo ahora está en un congelador, esperando ser cremado o tirado a la basura. Ya no vivo… ya no existo.
Algunos de esos estúpidos humanos, comentan en extraños lugares que han creado para sentirse «un poco menos culpables» por lo que hacen con nosotros, que «ahora estoy en un mejor lugar». ¿Cómo saben eso? ¿Cómo es que dicen eso, si piensan que no tenemos alma? Quizás, sólo quizás, me espere mi gran Madre en la «Casa de la Paz Felina», donde mis augustos ancestros vivían en paz, respetados y amados, pero no lo sé… Eso fue hace muchos siglos y no pude aprender lo suficiente en mi corta vida.
Sólo sé que mi vida ha terminado y sólo ocurrió porque esos humanos, que una vez adoraron a mi especie, ahora nos desprecian y tratan como basura… Ahora creen que pueden matarnos por deporte, por gusto o por la «salud pública».
Algún día conocerán la Verdad y sufrirán las consecuencias, pero para mí ya es tarde… Quizás, solo quizás, mi Madre me esté esperando, pero mi vida aquí terminó, estoy muerta…
Dedicado a «JESSY» -foto-, una gatita asesinada el domingo 15 de Enero de 2012, en un «refugio» («shelter») de New York, USA… Así como a todos los miles de su misma especie que, cada día, tienen el mismo destino en todo los países de nuestro mundo.
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Autor, antropología, psicología; community manager, diseño y administración web…
Investigador del pasado y los orígenes de las creencias. Dedicado a la reconstrucción y divulgación del Paganismo; a la lucha por el laicismo y el conocimiento científico. Activista de los Derechos Humanos y los Derechos Animales. Ecologista radical. Pagano, liberal. Escritor, librepensador… 44 años de experiencia en la reconstrucción y difusión del Paganismo y el legado ancestral (25 años en la red).
Me gusta lo desconocido, el Erebus, lo que está en penumbras… Valoro tanto la Oscuridad como la Luz, que forman un eterno balance el cual da vida al Universo. Estoy en una jornada, una aventura y una exploración que sólo terminará cuando muera…
«En la arena del debate, sólo cae herida la ignorancia.»