Lo que hoy voy contar es la historia de como Oscar y yo nos conocimos y lo que nos vino ocurriendo, hemos hecho, desde entonces. Es una historia que no debiera venir a cuento contar, pero que sucesos recientes hacen que convenga que conozcáis.
El 24 de noviembre del 2015, en mi blog publico una entrada Soy mitraista, en esa fecha yo ignoraba que existiera el neopaganismo. Dada esa ignorancia mía me permití afirmar allí algo que debí matizar:
«… para nosotros los paganos nada nos es más natural que movernos entre varias religiones y considerar a cada una de ellas nuestro hogar. Al fin y al cabo nuestros dioses no son celosos y todos ellos se saben distintas facetas, que no otra cosa son, de un solo Dios que las tiene todas…»
Debí matizar, pero no lo hice. Dicho de ese modo está mal dicho. Dicho tipo de paganismo al que hago referencia no tengo duda que existió, pero también hubo otros, pero dado que pensé que ya no existían y que estaba buscando describir mis creencias y prácticas no se me ocurrió matizar que esas perspectivas paganas también habían existido. Es cierto que tenía noticias de la existencia de un llamado paganismo actual, pero sólo a través de medios de comunicación que la imagen que me habían transmitido era la de un conjunto de frikis disfrazados de paganos y no de paganos reales.
Entonces sentí curiosidad y quise ver que se decía sobre paganismo en Internet. Al hacer eso encontré motivos de fiesta, para estar de ella un mes entero, pues encontré multitud de blogs que eran evidentemente paganos y no, para nada, fruto de frikis disfrazados. La fiesta se me termino cuando me encontré con Reflexiones Paganas. La razón fue no sólo un articulo de Oscar, como él pensó, si no varios donde mis creencias paganas por no ajustarse a las creencias del campesino rural pagano eran consideradas no propiamente paganas. Dado que para colmo dicho blog me parecía ser lo mejor que había encontrado sobre paganismo eso hizo que sintiera que se me expulsaba de la comunidad pagana y me quedaba en la misma soledad que siempre he vivido al respecto.
La frustración me llevo a publicar entonces otra entrada en mi blog «Carta a un pagano», que como podréis ver, si queréis, en el enlace que dejé, no era especialmente amistosa. Pero sirvió para desahogarme. Tras ello la encomendé a los dioses, que ellos sí sabrían lo que hacer con ella y por lo demás cumplida su función la olvide. Continué, por supuesto, visitando Reflexiones Paganas, encontraba allí demasiadas cosas interesantes como para abandonar mi búsqueda en él.
Poco después me encontré con que de algún modo Oscar había dado conmigo y aparecía ahora como seguidor de mi blog. Supuse entonces que en algún momento me diría algo, pero no, fue pasando el tiempo y nada me decía, por ello decidí volver a hacer una entrada en el blog «Para Oscar», está destinada ya directamente a él y no para desahogarme si no para ver si entrábamos en conversación, que tenía yo mucha hambre de ello. Y, lo conseguí. En los comentarios de esa entrada se produjo nuestra primera conversación. Pero la cosa terminó y yo quería más.
Días después de aguantar las ganas de más y ver que la cosa no continuaba busque su dirección de correo y le escribí. Al poco me invitó a participar en Reflexiones Paganas, cosa que yo ya pensaba pedir más adelante, pero puse una condición, no quería usar esa invitación para publicar allí cosas contrarias a sus opiniones, el tenia pues que darme el visto bueno previo, me respondió diciendo que vale pero que tampoco había necesidad de ello ya que él disponía de formas para hacer notar que no estaba de acuerdo, pero que aunque él no estuviera de acuerdo, con hacer notar que no estaba, eso llegaba y por lo tanto mis opiniones podían ser publicadas aunque fueran contrarias a las suyas.
Desde entonces he venido publicando ocasionalmente algún que otro artículo en Reflexiones Paganas. No hemos, que yo sepa, en ellos encontrado que discrepemos, no al menos de modo significativo. En una ocasión hice un comentario en uno de sus artículos, pues había perdido todas mis contraseñas y no podía entrar en mis cuentas, y le quería avisar, aproveche para decirle que no me parecía adecuado su forma de tratar la trascendencia como sinónimo de sobrenatural, pues significan en realidad cosas diferentes. Cuando recupere las contraseñas y volvimos hablar normalmente, ¿sabéis que hizo?, me pidió que escribiera sobre ello, y ese fue mi siguiente articulo que se publicó en Reflexiones Paganas, «Inmanencia y trascendencia, una opinión…», pero hay más.
Tengo muchas ganas de un foro en condiciones, que a diferencia de Facebook, cuando entre en él me tenga las distintas cosas bien ordenadas y a la vista de tal modo que no me ponga entre lo que busco y yo mil cosas que me confundan la vista y alarguen la búsqueda. Algo hecho para funcionar como foro de debate y no como mera red social. Se lo comente y me propuso que tratáramos de relanzar un viejo foro. Incluso me puso, pese a nuestras diferencias, en funciones de administración de dicho foro.
Por desgracia, por ahora, fracase pues mi acceso a Internet es muy limitado por circunstancias personales mías, más en ese momento, y por ahora lo hemos aplazado hasta que la cosa me mejore. Que mi forma de concebir la divinidad sea muy diferente a la suya, una vez nos hemos conocido, jamás ha sido un problema entre él y yo. Al contrario, en todo momento hemos tratado de apoyarnos y colaborar en una dirección común. Según su definición de paganismo yo quedo fuera del paganismo y pese a ello ya veis, estoy aquí y si lo estoy es gracias a él. Con frecuencia es él quien me da las gracias y parece no darse cuenta que en realidad visto desde donde estoy, y lo mismo opina la poca gente de mi entorno personal, que sabe que hago esto, si uno de los dos está realmente en deuda con el otro ese alguien soy yo.
Mi forma de concebir la naturaleza de lo divino es mil veces más cercana a la del kemetismo ortodoxo que a la de Oscar, no pasa nada. Importa lo que nos une, no lo que nos separa. Si él se ceba en atacar (que lo hace) mi forma de ver el paganismo, lo que está haciendo, con ello es expresar libremente sus opiniones, lo que desde el punto de vista pagano no sólo es su derecho si no además su obligación, decir la verdad de lo que opinamos guste o no guste, eso no es imponer nada, ni ir a predicar a casa ajena ya que estas en la tuya propia donde los demás tienen el derecho a saber que opinas. Ofenderse por ello no es de paganos, en cambio facilitar la participación como el ha hecho por ejemplo conmigo, de aquellos que no opinan como él eso si es de paganos.
Por todo lo anterior no puedo entender como alguien que le conozca un poco puede decir de él que tiene pretensiones de imponer nada. Tal cosa, por suerte para todos, simplemente no forma parte de su naturaleza.
Lilith Sinmás
Mayo, 2018
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Mis palabras valen lo que sean capaces de valer por si mismas, mi identidad ningún valor les quita ni da, si soy o no una iniciada en tal o cual tradición nada significa eso para ellas, si soy o no una adepta en tal o cual tradición de nuevo nada dice sobre ellas. Por ello si en mis palabras encuentras algo que te sea de utilidad habrán valido la pena y si nada encuentras de valor en ellas entonces solo serán humo.
Sólo tres cosas:
No es un favor hacia ti, sino un honor para mí, el contar contigo como parte del staff de escritores del blog.
¡Muchas gracias por los conceptos y el apoyo!
No estés tan seguro (como una vez, hace tiempo, te dije), que estemos en puntos demasiado distantes del espectro pagano… Ocurre que esto es un universo, un océano y hay tantos matices (y también tanta cosa rara mezclada entre ellos) que es difícil ponerse a debatir cuestiones que sean realmente de fondo… Quizás, sólo por eso, es que parecemos diferir. Pero, si así fuera, el paganismo siempre fue plural, se gozó en la diversidad, así que no estaríamos más que imitando a aquellos que nos precedieron en este camino :)