Tiempo de lectura: ~5 minutos. 1252 palabra(s).De Sincretismos y Eclecticismos
[/href-article] (del 02-05-2013). Se trata de una ampliación del mismo, generada a partir de un intercambio realizado unos días atrás en Facebook con mi amigo Iolair Faol, respetado referente del paganismo druídico. Es recomendable leer este post contextualizado con el anterior].

En el artículo anterior se analizó la diferencia entre «sincretismo» y «eclecticismo», que de por sí es un factor de confusión y malos entendidos entre los paganos. Además algunas tendencias equívocas a este respecto que, en la práctica, se pueden verificar dentro del colectivo pagano moderno. Sin embargo, hay algunos otros aspectos de lo que se da en llamar «Eclecticismo» que merecen un análisis aparte.
Primero que nada, hay que diferenciar o dejar aparte al eclecticismo como escuela filosófica en sí misma. Esta tendencia se dio a partir del siglo II a.C. en el mundo grecorromano y tenía como propósito el compilar y compaginar todo el legado de los grandes filósofos pre y post socráticos, principalmente los grandes planteamientos de Platón y Aristóteles, de los estoicos, etc…
Etimológicamente, la palabra «eclecticismo» proviene del griego: ἐκλεκτικός (eklektikos), que literalmente significa «escoger lo mejor» y también de ἐκλεκτός (eklektos), «tomar», «escoger». Vale decir, define a quienes «toman o escogen lo que se cree mejor» de diferentes fuentes, escuelas, tendencias o tradiciones.
No es fundamental, pero sí interesante, detenernos en esta etimología e historia de la palabra, porque tiene dos elementos que ayudarían a mantener el eclecticismo, en el caso de que se lo aborde (dentro del paganismo), bajo ciertos lineamientos lógicos y conceptuales.
En primer lugar, se supone que el eclecticismo filosófico «navegará» buscando diversas fuentes dentro del «mar» de una misma cultura, de un universo de pensamiento que, en general, tendrá una fuente u origen común. (En el caso de la escuela griega, antes mencionada, sería todo el cúmulo de las enseñanzas de los grandes filósofos de la Hélade o Antigua Grecia). Los filósofos griegos «eclécticos» no abordaron la religión o filosofía de Persia, India o Babilonia, sólo se limitaron a compilar el legado pretérito de su cultura.
Conforme a lo anterior, se debería tener muy en claro la diferencia entre eclecticismo y universalismo. Mientras que el primero, constituye un esfuerzo de unificar todos los valiosos aportes o legados de una determinada cultura, el segundo es una suerte de collage a gusto del «consumidor», sin el ejercicio de la lógica para mantener un hilo conductor y racional que de coherencia al conjunto.
Además, la propia etimología de la palabra, debería dejar claro que el ecléctico busca (o debería buscar) los conceptos o nociones más excelentes, más sobresalientes entre las diversas fuentes que toma como referencia y no los elementos más pintorescos, «divertidos» o atrayentes desde lo emocional.
Por tanto, si se habla de eclecticismo serio, a nivel filosófico, debemos dejar fuera a todo tipo de concepción new-age, wicca light o espiritualismo poco comprometido con raíces ancestrales. El eclecticismo light no es ni puede ser «filosófico».
Tipos de eclecticismo dentro del Paganismo:
En el paganismo moderno (conste que no uso la palabra «neopaganismo» porque esta se encuentra vinculada a ciertas tradiciones en particular), hay cuatro tipos de eclecticismo o, tal vez, sería mejor hablar de cuatro niveles, a saber:
El primero de ellos, sería el eclecticismo llevado a cabo entre diversas tradiciones, doctrinas y mitologías, que poseen una misma raíz cultural. Por ejemplo, este se da entre algunos de los modernos druidas, que toman elementos de diversas fuentes celtas para tratar de crear un cuerpo más completo y uniforme y, de ese modo, más evolucionado, vigente y operativo. Ocurre otro tanto en el paganismo nórdico, en donde algunas tendencias tratan de unificar, o al menos conciliar, las tradiciones germanas, escandinavas, anglosajonas, bálticas, etc…
Este tipo de eclecticismo, es algo que la mayoría de los paganos comprometidos con su fe e interesados en ofrecer una alternativa de espiritualidad operativa y coherente al mundo moderno, llevan a cabo a diario, en mayor o menor medida, sean o no conscientes de ello.
Un segundo nivel de eclecticismo, sería el llevado a cabo por quienes buscamos definir valores, conceptos y puntos de vista sobre la Vida y la Existencia, que sean globales para todos o, al menos, la mayoría de los paganos. Este ejercicio no se lleva a cabo tratando de crear una «nueva tradición», sino de limar las asperezas que existen entre las existentes, en especial las reconstruccionistas, para conseguir esbozar bases mínimas, en lo referente a lo teológico, ético y estético y, de ese modo, conformar un verdadero colectivo pagano mundial.
Tal accionar no es de corte religioso, sino más bien antropológico, historiográfico y filosófico y nadie que lo lleve a cabo, pretenderá que sus conclusiones prevalezcan sobre las de quienes son más proclives a seguir tradiciones específicas o con bases étnicas, sino sólo dar una pauta de lo que une a los paganos de todas las tradiciones.
En tercer lugar, se encuentran los «eclécticos» que llevan a cabo algo parecido a lo que se explicó para definir al primer grupo, pero esta vez no en base a lo ancestral, sino mezclando elementos tomados de diversos grupos, órdenes iniciáticas, escuelas de magia, logias ocultistas, covens wiccans, etc., etc… todo ello con el propósito de crear ya no un corpus más homogéneo de creencias y hacerlas más operativas, sino con el sentido de formar una nueva institución, a veces usurpando nombres, métodos y estándares de otras.
Esta última modalidad ecléctica, es rechazada por muchos paganos más tradicionales y directamente denunciada por quienes se sienten agredidos o despojados de sus tradiciones particulares y ven que tales valores, métodos y protocolos se divulgan y distorsionan sin la debida autorización de las fuentes originales (que, por no ser «ancestrales» -a diferencia de los dos tipos anteriores, tienen propiedad y derechos sobre tales prácticas y concepciones).
No voy a declarar que este último tipo de eclecticismo es negativo en sí mismo. Sin embargo, lo encuentro «en el borde» de lo éticamente válido y de lo espiritualmente útil. Muchas veces, en la vida, hay que entender que «casi todo está inventado», mucho más si se refiere a lo religioso, así que el tratar de crear nuevas «tendencias», a veces sólo contribuye a atomizar y sumir en el caos a lo que ya se ha logrado con anterioridad.
Por supuesto, huelga explicar que cuando este tercer tipo de eclecticismo es utilizado como excusa para (literalmente) inventar nuevos sistemas de iniciación, cursos «sincréticos» entre cosas que normalmente no tienen ninguna relación entre sí o cualquier otra clase de actividad de tipo «rentable» (léase: negocio), se trata de algo equívoco y repudiable. Cuando esto ocurre, además de ofensivo hacia las tradiciones perjudicadas con ello, es denigrante para el Paganismo como colectivo y poco ético desde el punto de vista humano en general.
Finalmente tenemos al ya aludido «eclecticismo universalista», que no es más que la irresponsable y trivial práctica de tomar lo que a uno más le guste de cualquier parte y generar un «collage» con todo lo que se amontonó en base a ello.
Es dudoso que tales prácticas conlleven un verdadero beneficio espiritual, moral y/o intelectual a quienes la llevan a cabo, pero es seguro que tales personas no tienen derecho alguno de denominarse a sí mismas «paganas» (o de utilizar cualquier otra palabra relacionada con las religiones ancestrales).
El universalismo es una practica o tendencia new-age, nada tiene que ver con el Paganismo, ni como religión, ni como tradición, ni como forma de vida.-
Ver también: De Sincretismos y Eclecticismos
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