Sesgo dogmático o costumbrista:
Es a la vez una paradoja y una gran ironía que la mayor parte de los paganos se conviertan en tales, huyendo de lo “establecido”, de la asfixiante y pacata moral dogmática cristiana y que, pese a ello, se contenten con sólo practicar rituales y mantener una teología diferente. Rara vez, se da la profundización en el sentido de abordar una ética, unos valores y una cosmovisión realmente paganas (o por lo menos humanistas y abiertas).
Incluso en las personas o grupos en donde, por sus características personales “alternativas” (identidad de género, preferencias sexuales o cualquier otro aspecto de la vida), existe una “transgresión” a los dogmas y prejuicios hegemónicos (abrahámicos), no se suele re-formular todo un cuerpo ético (pagano), sino sólo una moral cristiana retocada, más abierta, pero pusilánime y postergadora de la vida en la Tierra y de su disfrute y plenitud.
Este sesgo, que en principio es atinente sólo al problema de la ética, también afecta solapadamente a la estética, metafísica, la epistemología y a la visión social y política del pagano promedio.
El aprendizaje de nuestro camino, requiere de una total renovación de los valores, de una crítica sistemática y constante de todo lo que antes se consideró válido, moral o virtuoso. Por tanto, el costumbrismo y el peso de los valores heredados, son escollos muy difíciles de sortear. Se debe ser constante en el propósito de no extrapolar lo aprendido en la infancia a las creencias que se están re-descubriendo.
Un ejemplo clásico, en este sentido, es comparar la forma de vida de los paganos antiguos con la moderna y con los valores actuales. Es así que, para muchos, las personas de la Antigüedad que llevaban a cabo sacrificios de sangre o acostumbraban a vivir guerreando, eran sádicas y perversas e “inevitablemente inferiores” en su cultura y ética, respecto de los que vivimos en la actualidad.
Es necesario entender que, toda cultura humana debe ser mensurara contra sí misma, no respecto de otras anteriores, contemporáneas o posteriores. Esta es la única forma de llegar a una aproximación real, a una verosímil comprensión de cómo era la misma…
Por otro lado, se suele extrapolar a la inversa, ponderando el pasado y descalificando a la vida moderna (por caer en el romanticismo o canalizar la propia marginalidad), deseando “regresar” a las formas de vida arcaicas. En este sentido, conviene mantener en mente que el Paganismo no es un movimiento “hippie”, que propugne el abandono de la modernidad, del desarrollo, de la prosperidad material y del progreso, ni mucho menos es una ideología nacionalista, etnocéntrica o populista, que pretenda volver al primitivismo, en pos de una falsa identidad cultural o histórica.
En este sentido, es fundamental entender que todo pagano moderno es eso, alguien que ha elegido re-vivir, re-descubrir y/o re-construir las antiguas tradiciones, pero sin dejar de ser una persona del siglo XXI (tomando sólo lo bueno, válido y viable del pasado, para enriquecer el presente –y no para degradarlo o regresarlo a los tiempos oscuros o primitivos).
El Paganismo no es una ideología regresiva o antagónica con la modernidad y tampoco es una versión light y “cristianizada” de los credos y mitos antiguos. Es, y sólo puede ser, una forma alternativa de vivir y de entender la existencia, pero completamente conectada con el tiempo y el lugar que, a cada quien, le ha tocado vivir.
En síntesis, evitar el temor inculcado en la infancia, con la finalidad de forzar a la persona a obedecer los tabúes, las costumbres y los dogmas, así como abstenerse de romantizar los hechos del pasado o idealizarlos demasiado, es imprescindible para conocer el legado de nuestros ancestros, no como «nos gustaría que fuera», sino como realmente ha sido.
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Autor, antropología, psicología; community manager, diseño y administración web…
Investigador del pasado y los orígenes de las creencias. Dedicado a la reconstrucción y divulgación del Paganismo; a la lucha por el laicismo y el conocimiento científico. Activista de los Derechos Humanos y los Derechos Animales. Ecologista radical. Pagano, liberal. Escritor, librepensador… 44 años de experiencia en la reconstrucción y difusión del Paganismo y el legado ancestral (25 años en la red).
Me gusta lo desconocido, el Erebus, lo que está en penumbras… Valoro tanto la Oscuridad como la Luz, que forman un eterno balance el cual da vida al Universo. Estoy en una jornada, una aventura y una exploración que sólo terminará cuando muera…
«En la arena del debate, sólo cae herida la ignorancia.»