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| Reflexiones Paganas es un proyecto concebido para desarrollar ideas de todas las tradiciones paganas ancestrales; volver a descubrir el modo de vida, la ética, estética y la filosofía que profesaban las personas de la Antigüedad, para luego adaptarlas a la modernidad. Sin embargo, este blog no se limitará a desarrollar únicamente temáticas religiosas, sino a todo lo que directa o indirectamente, sea susceptible de verse con ojos paganos . La idea, es de crear un ámbito donde se pueda exponer el pensamiento ancestral, pre-cristiano, verdaderamente pagano; sus bases y fundamentos, sin mixturas o sincretismos (generalmente desafortunados). Se buscará, por un lado, orientar a quienes comienzan a transitar el sendero; pero también, informar y hacer reflexionar a aquellos que profesan otras creencias, ya que existe una gran desinformación y muchos malos entendidos al respecto de lo que, genéricamente, se suele englobar bajo el término de Paganismo . Por Oscar Carlos Cortelezzi, en 07/02/2018 (12:02) Tiempo de lectura: ~5 minutos. 1488 palabra(s).Todos conocemos al número Pi, ya desde la escuela elemental… Sabemos como los griegos lo razonaron en función de contrastar el perímetro de un círculo, respecto de su diámetro y que su valor es, aproximadamente, 3,14… En la escuela secundaria / preparatoria, nos contaron que el célebre griego de Siracusa, Arquímedes, ya en el siglo III a.C. logró calcularlo como 3 1/7, usando para ello polígonos regulares de cada vez más lados (comenzó con un simple hexágono y terminó, si mal no recuerdo, con una figura de 72 lados, llegando a determinar que π era un número entre 3 1/7 y 3 1/71). Luego nos enseñaron cosas más raras sobre este peculiar número… Resulta que es “irracional”, vale decir, que no puede ser expresado de manera exacta, ya que sus decimales son infinitos y no periódicos. También, que es un número trascendental, o sea, que no es la raíz de ninguna ecuación, ni la solución de una y por tanto no es un valor algebraico. Existe en la Naturaleza per se y no puede ser la solución de una ecuación en base a números racionales. Ya son menos los que saben que fue de la palabra griega περιφέρεια (periferia) de donde le viene el nombre y que el matemático suizo, Leonhard Euler (1707 – 1783), uno de los más grandes de la historia, fue quien “destripó” y popularizó algunas de sus características más peculiares. No sabemos cuánto hace que nuestra especie conoce esta razón matemática, pero hay un papiro egipcio escrito en hierático (algo así como jeroglíficos manuscritos), denominado Rhind (encontrado en 1858 en las ruinas de un edificio de Tebas), que data del tiempo del faraón hicso Apofis I y que es copia de un texto matemático de la dinastía XII (h. 1800 a.C.) de un escriba llamado Ahames (quien vivió durante el reinado de Amenemhat III, faraón del Imperio Medio), que entre otras cosas, describe esta relación de manera aproximada. Ahora bien, lo raro de Pi, no es que tenga infinitos decimales, sino la irracionalidad de éstos. Vale decir, que por más dígitos que se calculen, jamás se encuentra (ni se encontrará) patrón o periodicidad alguna. El record de decimales calculados del número π, hasta hoy lo tiene el físico suizo Peter Trueb (es obvio que a la gente de ese país le gusta la precisión), quien el 11 de Noviembre del 2016, usando una super-computadora, logró obtener 22.459.157.718.361 decimales de dicho número. Cifra, que de tratar de ser leída con naturalidad, llevaría millones de años el completar y que necesitó de un archivo de 9 Terabytes para ser almacenada. Dicho todo esto, y a riesgo de ser disperso, tengo que aclarar que este artículo no tiene pretensiones matemáticas, no es mi especialidad y no me siento capacitado ni para intentar decir algo original al respecto… El preámbulo anterior, viene a cuento de algo que reflexioné hace un par de días, debatiendo con una amiga sobre el Cosmos y la posibilidad de que el mismo sea infinito. ¿Y de qué la va π en todo esto? … Sencillamente, recordé fragmentos de cosas, ecos literarios (último capítulo de la novela científica de Carl Sagan, “Contact”); algunos documentales y papers sobre códigos y probabilidades y la subyacente idea, que pervive en el subconsciente de todos, respecto de pretender que el Universo tiene sentido o que, verdaderamente, es “ordenado”. Pues, ¿saben qué? Pi es la prueba irrefutable de que el Universo no tiene un sentido o propósito trascendente u ontológico. Pi deja en claro que el Azar es el motor de la existencia… Pero, antes de tratar de demostrar esta loca afirmación, conviene aclarar que, en esto, Pi no protagoniza nada, sino que por ser un número conocido por todos, una razón fácil de entender (es difícil tratar de combinar filosofía con ecuaciones complejas o poco conocidas, o bien con conceptos de física teórica “borders”, que pocos llegan a entender), permitirá que explique algo que no es obvio, pero que debería serlo. En esto, Pi es sólo la sierra que nos permitirá cortar un árbol, que por estar demasiado cerca de nuestros ojos, no nos deja ver el bosque. Para mi proyecto, debemos convertir a π (obviamente sólo en teoría) a números binarios o bien hexadecimales (base 16, muy usados en informática), sólo por comodidad y claridad… A renglón seguido, hemos de elegir una codificación de signos o caracteres… Si son nostálgicos, pueden usar el viejo ASCII, aquellos torpes 127 caracteres usados en los años `80… También pueden optar por el ANSI y sus 255, que es el que MS Windows usó por muchos años… Ahora, si quieren hacer las cosas a consciencia, abordarán UTF-8 (codificación unicode, ISO/IEC 10646, que es el estándar universal para texto multilingüe). En este último caso, cada caracter consumirá 32 bits, pero, ¿qué más da? Si Pi es un número de dígitos infinitos (sea en base decimal o en la que se prefiera). Así mismo, necesitaremos de otro presupuesto teórico, imaginar que ya hemos calculado no sólo, poco más de 22 billones de decimales (parece mucho, pero comparado con el infinito es lo mismo que cero), sino, digamos 10^1000000000 decimales de π y no sólo eso, sino imaginar que contamos con el poder de cómputo necesario para hacer algo más que almacenar el resultado en un mega-archivo, de quién sabe de cuántos Exabytes, sino jugar con esa cifra a voluntad, aplicándole parámetros de decodificación, algoritmos de búsqueda autoinferente, etc… Hoy en día, no podemos ni soñar con ello, pero si nuestra civilización dura un par de siglos más, seguro existirá una aplicación para smartphone o su equivalente del siglo XXII, que hasta los niños podrán usar y que supere holgadamente mi proyecto… Así que ya tenemos nuestro modelo teórico de búsqueda de anomalías en los dígitos decimales de π… ¿Y ahora qué hacemos con ello? La respuesta a esto es la clave de todo este tortuoso artículo… ¡Todo! ¡Nada! Lo que queramos… ¡Cualquier información real o imaginaria, cualquier texto, dato o idea, estará presente allí, en alguna parte de Pi! Podrán encontrar la Biblia completa, en ruso, japonés o klingones; el Corán, los Vedas, el Mahabharata; todos los capítulos de “The Simpsons”, de “Game of Thrones” y de “Star Trek”; las biografías jamás escritas de sus tatarabuelos; el menú del restaurante de la calle donde viven; las obras de Shakespeare, Cervantes y Homero; las pinturas perdidas de Da Vinci o las sinfonías que Mozart nunca llegó a componer. Podrán encontrar sus ADNs y el de los de cualquier especie; lo que soñaron la noche anterior y en síntesis, todo el Universo de lo que fue, es y será o, incluso, de lo que nunca ha sido. Pero a pesar de la aparente significación de todo esto, no obstante el shock, del impacto psicológico y social de encontrar siquiera una sola de estas cosas, justamente por ello y no “a su pesar”, demostrará que no hay un orden implícito en nada, que todo es simple y llana probabilidad, que el universo es un orden sólo si lo vemos de manera sesgada, condicionada por nuestros prejuicios y limitaciones epistemológicas. Todo esto es así porque, para que la información tengan sentido, para que no sólo sea ruido estadístico o “blanco”, debe estar acotada, debe significar sólo una cosa, ya que a diferencia del símbolo, cuyo sentido es determinado sólo por la mente de su observador, la verdadera información debe estar allí desde antes, debe tener existencia ontológica. Vemos el Cosmos como un “orden” y se nos ocurre que por ello tiene propósito, sólo por el orden de magnitud de nuestra percepción, por ser una especie que vivió de la recolección y necesitó identificar depredadores con rapidez, por millones de años. Estamos condicionados para ver el árbol y no el bosque, es una mera adaptación evolutiva. Si lográramos hacer lo de arriba con el número π y, denlo por seguro, un día lo haremos, todo el esquema quedaría claro y nuestro conocimiento de las cosas vencería la inercia evolutiva. Quizás este descubrimiento (o más bien su demostración), no nos llegue en base a Pi, sino con cualquier otro método de obtención de información a magnitudes trillones de veces superiores a las que nuestra cognición normal nos permite actualmente… Eso se verá, pero seguro, de un modo u otro, llegaremos a descubrir que la Vida, que el Universo, es un cúmulo de probabilidades, una serie de patrones azarosos en un mar infinito de posibilidades. Lo bueno de esto, no sólo será lo que aprenderemos… Así como en nuestra actual ignorancia, lo dicho nos causa pavor, en ese futuro no tan distante, cuando podamos “ver el bosque”, tal conocimiento nos producirá gozo, porque el sinsentido y el azar no es otra cosa, para nosotros, los mortales, que la bella posibilidad de darle a la Vida un sentido y propósito propio y no signado por algo diseñado, determinado o lucubrado por alguien (o por algo) más… Nota: He escrito este artículo con aprensión y fascinación... Si despierto algo de eso en ti, cuando lo leas, daré mi labor por cumplida... Por Danay, en 30/01/2018 (00:22) Tiempo de lectura: ~1 min. 39 palabra(s).Hola, tengo un novio pagano, es espiritual y pues quiero entenderle, ya que yo soy una persona muy social y el muy tranquilo y hay algunas diferencias que quiero entender para poder llevar mejor la relación y no alejarlo. Por Lilith Sinmas, en 29/01/2018 (05:37) Tiempo de lectura: ~5 minutos. 1394 palabra(s).Nunca antes había pensado sobre ello, al menos no de un modo directo: la humildad entendida en un sentido espiritual. No como mera pose, no como un “yo no valgo, no importo, o nada soy, no merezco galardones, ni tengo merito alguno», ni tantas otras cosas que solemos llamar humildad y que con frecuencia no son otra cosa que un disfraz, una pose, una mentira. No pienso en serio sobre ello hasta que en una entrevista que en televisión hacen a Rafael Álvarez va y saca él el tema. Es entonces, cuando tomo consciencia de que la presencia o no de humildad espiritual es precisamente una de las diferencias cruciales entre las distintas formas históricas que ha tomado el sobrenaturalismo y las distintas tradiciones paganas. Y, quiero hoy hablar de esa humildad, la espiritual, de su presencia en las tradiciones paganas y su ausencia en las de perspectiva sobrenatural. Paganismo y sobrenaturalismo son distintas formas de responder a una misma pregunta. Son las dos posibles respuestas, básicas, que un ser humano puede dar a la pregunta por la verdad, por la realidad, por su propio ser, cuando dichas preguntas son llevadas a su más profundo extremo. Ya he tratado en alguna otra ocasión el tema del punto esencial de partida del paganismo y del otro punto de partida que caracteriza la historia, hasta hoy, del sobrenaturalismo. Mientras el paganismo es una búsqueda de la verdad, el sobrenaturalismo afirma ser un encuentro con ella. Buscar la verdad exige admitir que no se la posee, afirmar que se la ha encontrado es afirmar que ya no necesitamos seguir con esa búsqueda, si no simplemente dejarnos asumir, iluminar y guiar por dicha verdad supuesta o real. Si el paganismo es un “no sé, pero quiero saber”, el sobrenaturalismo es un “necesitaba saber y ahora sé”, ya he dejado dicho en otro lugar que esa es, para mí, la principal diferencia entre las tradiciones paganas y las sobrenaturalistas. Ambas pueden desembocar en la humildad, cada una a su modo, pero solo una de ellas, el paganismo, parte de la humildad misma. El sobrenaturalismo consiste en sostener la existencia de un ser que es preexistente a todos los demás, incluido el propio tiempo, y que es el causante único y directo de la existencia de todos los demás seres existentes. Un ser al que consideran todopoderoso y al cual absolutamente nada puede limitar, no es por lo tanto un verdadero dios en el sentido que originalmente tenia la palabra dios, si no algo que, de existir, se encuentra incluso por encima de ellos, el Dios, con mayúscula, del que hablan los sobrenaturalistas no es un dios. A este ser diferente a todos los demás seres, los sobrenaturalistas, lo tienden a ver como poseedor de una consciencia y voluntad propias que se caracteriza por tres cosas fundamentales, su omnipotencia, su absoluta sabiduría y su infinita bondad. Y es en este contexto en el cual el sobrenaturalismo es capaz de generar una forma de humildad que le caracteriza, una humildad del débil ante el fuerte, del incapaz ante el que todo lo puede, del ignorante ante aquel que todo lo sabe, la humildad de aquel que cometiendo errores a cada paso en su vida diaria va y se encuentra ante aquel otro que por ser perfecto jamás podrá cometer alguno. Es la humildad del misero ante el grandioso, del sometido ante el amo absoluto, de la criatura ante su Creador. La humildad del que debe someter su voluntad propia a la ajena. De esa clase de humildad el sobrenaturalismo como es natural, dadas sus creencias, sabe mucho y bien poco o más bien nada el paganismo sabe de ello. Es una humildad nacida de la soberbia espiritual, de su “yo sé, aunque no lo entienda”. El paganismo consiste en sostener que todo lo existente se genera a partir de un caos indeterminado sobre el cual, desde el cual y en el cual, actúa una fuerza o conjunto de ellas que no le son ajenas y producen de esa forma un orden, y de ese modo a todos los seres. De esa forma se generan los dioses, la propia humanidad y todo lo demás. Todo ello forma, caos incluido, lo que llamamos Naturaleza, fuera de ella no puede existir nada, toda forma de ser se da dentro de ella. Los dioses paganos no son otra cosa que fuerzas de dicha Naturaleza a la que los paganos optan por rendir culto para un mejor interactuar con ellas. Mirando en profundidad podemos ver que en realidad hay significativas coincidencias entre ese Océano Indeterminado, o como lo queramos llamar, que el paganismo sostiene es el punto de partida, primordial, de todo lo existente y el Dios de los sobrenaturalistas. Pero si son importantes las coincidencias entre ambos conceptos también lo son, y quizá más, las diferencias. Ese Océano-caótico no es un ser, carece de voluntad propia, nada nos impone salvo las leyes de la naturaleza y eso solo por ser dichas leyes mera consecuencia del que hacer de las distintas fuerzas naturales que no podrían existir sin él. No es bueno ni malo, solo real. No es todopoderoso, aunque en última instancia de él provenga toda forma de poder y por supuesto carece de sabiduría de ninguna clase. Ante algo como Eso el pagano no se arrodilla, pues no ve motivos para ello. Se admira, pero dicha admiración le abre para sentir profunda admiración ante toda la creación, el mismo incluido. No ve un abismo infranqueable entre la grandiosidad de Eso y la miseria real o solo supuesta de todo lo existente, el mismo incluido. Todo ello produce en el pagano una humildad que no nace de sentir la miseria, real o no, propia si no de sentir la grandeza de todo lo existente. Soy humilde ante una hormiga no por ser yo una miseria, que no lo soy, si no por ser ella una enormidad que sí lo es. Y, una enormidad es la brisa, y enormidad es el olor del mar y una enormidad, seas o no consciente de ello, es lo que tú eres. Y de tomar consciencia de tanta grandeza es de donde nace la humildad pagana. JAMÁS SE LA DEBE CONFUNDIR CON LA OTRA. Pero para ello, para que esa humildad pagana surja primero se necesita de otra humildad, la humildad espiritual. Esa que no es otra cosa que el reconocimiento de que ante la grandiosidad del mundo y de todo lo que en él hay no nos queda más remedio que admitir nuestros propios limites. Que la existencia, el cosmos, la vida son un misterio, pero un misterio tan profundo que por mucho que lo tratemos de sondear siempre nos va seguir resultando insondable, y que hasta nuestros creencias más queridas sobre la realidad bien podrían estar equivocadas, y que pese a nuestro desconocimiento aquí estamos, sin que sepamos muy bien,en realidad, que es eso donde estamos y en realidad ni que es eso que somos. Pero esa humildad espiritual solo es posible mientras admitamos esta ignorancia nuestra, con todas sus consecuencias, y la perdemos en el mismo momento en que caemos victimas de la soberbia que nos hace sentir que ya sabemos lo que en realidad, inevitablemente, ignoramos. Hay pues un tipo de humildad de “partida” de la que el sobrenaturalismo carece y dos formas de humildad “de desenlace” , una la humildad pagana, la del reconocimiento de la grandeza, que nace de una humildad espiritual que le es previa, y la otra, una humildad sobrenaturalista, la del reconocimiento de las miserias, que proviene de una soberbia espiritual. Mientras la humildad de corte sobrenaturalista se busca imponer para negar la grandeza propia y de ese modo incrementar la consciencia de la grandeza de su Dios, la humildad pagana, nacida de una humildad espiritual, en cambio, enaltece al universo entero, incluido al propio ser humano que lo contempla y de ese modo se acerca a los dioses. El paganismo carece de la humildad del sobrenaturalismo, cierto, pero posee la suya propia. Yo no sé rezar de rodillas, eso se lo dejo a otros. Pero soy capaz de inclinarme ante los dioses, eso también, pues si me inclino ante la grandeza de una hormiga con igual o más razón me puedo inclinar ante la grandeza de los dioses, esa que jamás negará la mía ni la de nadie. Lilith Sinmás | Universo Pagano webmaster@universo-pagano.com http://www.universo-pagano.com/ Oscar Carlos Cortelezzi Universo Pagano Proyecto de reconstru-cción, divulgación y redes-cubrimiento de todas las tradiciones paganas ances-trales y del legado que ofrecen a la Humanidad. Esta página, tiene por objeto la difusión y redescubrimiento del Paganismo. Además, el promover, difundir y defender el Paganismo, como religión, forma de vida, filosofía, sistema ético y modo de ver la Vida. Divulgar su naturaleza y contenido, redescubrir sus antiguos valores, historia, mitología y conceptos éticos. Crear un ámbito de debate abierto, donde todo esto pueda generarse con libertad y seriedad.
Universo Pagano es un proyecto nacido en 2001 que tiene por finalidad el encontrar puntos en común entre todas las tradiciones del Paganismo; difundir toda la información posible sobre éste; esclarecer sus puntos controversiales y dar soporte a todos aquellos paganos que quieran publicar sus ideas y creencias en la red. Únete a la Página »» Únete al Grupo de Facebook »» Síguenos en Twitter »» Reflexiones Paganas en Facebook:Otros canales de podcasts:Oscar Carlos Cortelezzi (En Facebook): Oscar Carlos Cortelezzi (OscarCo) Página oficial de Oscar Carlos Cortelezzi en Facebook. Me gusta lo desconocido, el Erebus... Me complazco en las diferencias, en la pluralidad, en la variedad. Me interesa la realidad tal cual es, pero presto atención a la verdad de cada quien. Estoy en una búsqueda que sólo terminará cuando muera. Únete »»
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