Ragnarok – The Final Battle (Johannes Gehrts, 1900)
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Reflexiones Paganas es un proyecto concebido para desarrollar ideas de todas las tradiciones paganas ancestrales; volver a descubrir el modo de vida, la ética, estética y la filosofía que profesaban las personas de la Antigüedad, para luego adaptarlas a la modernidad. Sin embargo, este blog no se limitará a desarrollar únicamente temáticas religiosas, sino a todo lo que directa o indirectamente, sea susceptible de verse con La idea, es de crear un ámbito donde se pueda exponer el pensamiento ancestral, pre-cristiano, verdaderamente pagano; sus bases y fundamentos, sin mixturas o sincretismos (generalmente desafortunados). Se buscará, por un lado, orientar a quienes comienzan a transitar el sendero; pero también, informar y hacer reflexionar a aquellos que profesan otras creencias, ya que existe una gran desinformación y muchos malos entendidos al respecto de lo que, genéricamente, se suele englobar bajo el término de Tiempo de lectura: ~1 min. 8 palabra(s). Ragnarok – The Final Battle (Johannes Gehrts, 1900) Tiempo de lectura: ~7 minutos. 2062 palabra(s). En los últimos días, he tenido una diferencia de opinión respecto de la idea de si los paganos debemos transitar el justo medio entre «la oscuridad y la luz», sin volcarnos a ningún extremo (o sea, sin llegar a ser cultores de la «luz» al estilo de las religiones abrahámicas o de la new-age) o si debemos abordar la idea del «bien y el mal», de la «magia blanca y negra», de los que están del «lado oscuro» y de los que siguen a la «luz». Lo que sigue está basado en ese intercambio de opiniones, en donde intento demostrar que el paganismo es la religión del balance, del justo medio. El sendero en donde la luz y la oscuridad se complementan en una perfecta armonía y dan lugar a la Existencia.
Se me ha planteado que el precepto de «Haz tu Voluntad», debe estar moderado por su complemento moral de: «No dañar a nadie», cosa que en realidad sólo está presente en la Wicca, y su redacción data de no más allá de 1960. Porque la proverbial frase de la «Rede», es una mezcla del «Haz tu Voluntad» de Aleister Crowley, vía Gerald Gardner y de la adición moralizadora o «moderadora», que llevó a cabo Doreen Valiente hacia la época antes citada. En primer lugar, el «no dañar a otros» es una intención, un propósito; algo que la Rede Wicca expresa como consejo. Creo que todos coincidimos con el «tratar de no hacer daño», pero hay que entender que no es un absoluto. El simple hecho de respirar daña a otros, para vivir tenemos que matar (plantas, animales, cosas). Todos nosotros, al vivir, por el mero hecho de hacerlo… Consumimos recursos que otros podrían tener (a veces eso implica sus muertes), contaminamos la Tierra (aún cuando seamos ecologistas y cuidemos el ambiente, el «impacto cero» no es posible). Si tenemos un buen salario y trabajo, otros no lo tienen a causa de que ocupamos ese puesto… Así hasta el infinito. Todo lo que hacemos tiene impacto en el mundo y en los que nos rodean. El sólo hecho de que existamos, consume energía, genera entropía y «desgasta» a la Naturaleza y el Universo. La Vida misma se trata de la interacción (destructiva) entre diversos tipos de organismos y en el consumo de recursos (lo que produce la degradación del mundo natural). El sendero pagano, consiste en tratar de dejar la menor cantidad de cicatrices posibles en la Madre Tierra, en los demás y en nosotros mismos y transmitir un legado útil para la vida, en general y para nuestra especie humana, en particular. Entonces, lo sensato es buscar «hacer el menor daño posible», pero vivir «sin dañar a nadie», es una utopía, un horizonte inalcanzable. «No dañar» es un norte, no una meta que podamos cumplir a cabalidad. El Cuervo: Para muchas culturas antiguas, era un animal psicopompo, que viajaba entre los mundos de los vivos y los muertos, entre la luz y las tinieblas. Era el símbolo de dioses con aspectos duales, tales como Morrigan y Odín. La Rede Wicca es una sublime lista de buenas intenciones, pero no es el único código pagano de conducta. Quienes pretenden usar esta ancestral palabra («paganos») para auto-denominarse, creo que nos deben respeto a todos los que profesamos las otras tradiciones que, sin pensar igual que la Wicca, tratan de recrear las religiones basadas en la Tierra. Aquellas tradiciones, de nuestro grandioso pasado humano y, que además, existían en el mundo, muchos miles de años antes que la Wicca se fundara. Los paganos somos guerreros, pero no implica que seamos violentos. Peleamos para ser mejores (como la virtud griega del Areté, la «auto-superación constante»); peleamos para mantener el balance, para que la Verdad-Justicia (la Ma’at de los egipcios) se mantenga y el mundo no caiga en el caos; peleamos para mantener y cumplir las virtudes nórdicas expresadas en el Hávamál y para proteger la kalokaghatia, la virtud griega de buscar y seguir a «lo bueno, lo bello y lo verdadero». Pero a veces, ese combate interno, debe volverse externo y luchar contra enemigos reales. No todos los paganos somos wiccans. Yo, particularmente no lo soy. Considero a los wiccans de cualquier tradición, rama o coven como mis hermanos en el Paganismo, pero también hago lo propio con los partidarios de la Thelema, los luciferianos y algunos otros «oscuros», que quizás no sean del agrado de los más comprometidos con lo «luminoso». El «lado oscuro», es parte integral del Paganismo… y de no pensarse eso, me pregunto cómo abordar el culto de deidades como Morrigan, Hékate, Seth, Anubis, Shiva, Hades, Kali-Ma, Tonantzin, Sekhmet, Cerridwen, Dagda, Pan, Kernnunos, Perséfone, Cibeles, Calixto, Loki, Dis Pater, Lucifer, etc… El Paganismo no es «UNA» religión, es un tipo muy amplio de creencias (un sistema de vida) y los que formamos parte de ella tenemos muchas tradiciones y enfoques diferentes. Hay que recordar que la Wicca es, probablemente, la tradición más popular del siglo XXI, pero sólo tiene 70 años y paganos han existido desde hace decenas de miles de años. De hecho hoy en día, la Wicca puede que tenga más seguidores que otras tradiciones, pero es sólo una de muchas existentes. Por mi parte, considero hermanos a todos los paganos, del sendero derecho o izquierdo, los afines con «lo luminoso» y los que gustan más de «lo oscuro». Es en las acciones y obras en lo que la gente se diferencia, no en los rótulos. El mundo, la vida y todo lo que existe es el resultado de la combinación de espacio y energía, de luz y de sombras. Si sólo se persigue uno de ambos lados de la Existencia, uno puede denominar como prefiera a su tradición o camino, menos como Paganismo. Se me ha planteado también que el pagano «decente» (me pregunto quién tiene el derecho de segregar a sus hermanos entre «decentes e indecentes»), nunca ataca o daña a otros, ni física, ni psíquica ni mágicamente. Sin embargo, el concepto de usar la fuerza, física, psíquica, mágica o del tipo que sea, es similar (en el Paganismo, no en la Wicca en particular) a la ética de las artes marciales: Nunca ataques sin razón, trata de detener a tu enemigo y sólo lastímalo si no puedes controlarlo de otro modo. Nunca lo hagas por beneficio propio o por razones injustas… Pero eso no implica la inacción, el ser puritanos o light en ningún sentido. Nuestra regla conductual es igual que el ejemplo anterior… Nunca usar la fuerza sin razón, nunca ser injustos o lastimar a un inocente. Pero así mismo, usar todas nuestras energías, talentos y facultades para perseguir, combatir y castigar a los perversos, a los tiranos, a los que pretenden dañar a seres inocentes y a los que atacan a nuestros hermanos. Me pregunto qué harían los paganos que «nunca dañan a nadie» o los new-age que «viven en la luz» y en el «amor incondicional» hacia todos sus semejantes, si se diera la siguiente situación: Llegan a su casa y ven que alguien ha forzado la puerta. Al entrar, encuentran a su hijo atrapado por un psicópata quien le trata de cortar el cuello con un cuchillo de su propia cocina… ¿Qué harían Uds.? Mi respuesta a lo anterior, es simple y directa: Yo aplicaría fuerza mortal sobre el individuo, sin pensarlo, sin culpas y sin remordimientos. Lo haría porque sería mi deber para con el pequeño y mi deber para con los dioses y la vida: Defender a los débiles y a la Justicia, al costo que fuere. Ese, para mí, es el código básico de conducta pagana, sea cual fuere la tradición que profesemos. Luego viene el asunto de la «magia»… Primero que nada pienso: ¿Qué no es el Paganismo mucho más que hacer magia? … Para mí, la magia y el ritual, debieran ser utilizados primordialmente para celebrar la Vida y sus ciclos, para agradecer y honrar a los dioses y sus dones, para comulgar con la Madre Tierra y todos sus seres. Nunca entendí encarar cada aspecto de la vida, cada pequeña dificultad, utilizando ese recurso. Podemos hacer magia en casos extremos, pero no es la característica principal de nuestra religión, el que lo crea así, debió ver demasiadas series televisivas como «Charmed», «Buffy, la caza vampiros» o «Sabrina, la bruja adolescente», o quizás la película «Las Nieblas de Avalon». Pero de todos modos, si se ha de usar, los paganos tenemos el mismo compromiso ético: Utilizar la magia acorde con la justicia, el honor y el bien de todos los seres. Pero si un ser o entidad malévola nos ataca o ataca a los nuestros y no usamos esos recursos para defenderlos, seríamos como el mal policía que por cobarde o dubitativo, no dispara al criminal pudiendo salvar la vida de las víctimas que están en peligro. Es así de simple, la vida es el arte de buscar el mal menor, no de los ideales utópicos, de las cosas que suenan bien pero son irrealizables. Calificar a los paganos que no sean «light» ante los hechos duros de la vida, a los que mantienen el equilibrio entre los extremos de la malevolencia y del «amor universal» como droga auto-hipnótica, es no entender de que se trata la Naturaleza o la Vida. Creo que los paganos debemos tener a la luz y a la oscuridad a nuestro lado, en eterno balance… Esto no es la saga «Star Wars», con el «lado claro» versus el «lado oscuro» de «la Fuerza». Esto es la vida real y como la misma es hostil y plagada de seres perversos, a veces debemos ser duros y pelear por la Justicia. Ahora, una aclaración final: Existen wiccans cristianos, que siguen la ética predominante en la cultura occidental (judeo-cristiana, de raíz bíblica) pero con los rituales, celebraciones y «looks» de los wiccans paganos. Estas personas están cerca de nuestros grupos y movimientos, pero no son paganas. No siguen ni la primera parte de la Rede («Haz lo que quieras») ni las antiguas virtudes de nuestros ancestros, aquellas que dieron a la luz a civilizaciones de la grandeza de Babilonia, Egipto, Grecia y Roma; a culturas como la nórdica, la celta o la de las tribus shamánicas, a las cuales esa «moral cristiana» destruyó, sumiendo al mundo en una oscuridad que duró 1200 años. No celebro demasiado cuando veo a paganos rechazando a otros paganos. Eso me suena típico de otras religiones que sí, están totalmente alejadas de nuestro camino. Como es lógico, todos tendremos tradiciones que nos serán más afines y otras que rechazaremos, eso está muy bien porque la principal directriz del pagano es SER LIBRE, es seguir su propio camino. Pero despreciar a los que no siguen nuestra particular senda, es digno de fundamentalistas cristianos o musulmanes, no de la religiones inspiradas en el culto de la Madre Tierra. Todos los paganos somos hermanos, sin importar que unos se inclinen más hacia la Luz y otros hacia la Oscuridad. Cada uno es responsable de sus actos y del legado que dejará en esta tierra cuando haya partido de la misma. Cada uno será, así mismo, responsable ante los dioses y ante lo que algunos llaman «karma» (que no es más que la «causa y efecto» generada por nuestras acciones). Ninguno de nosotros, somos quienes para juzgar si es mejor ser wiccan o thelema; ásatrúar, vanatruar, heathen u odinista; reconstruccionista mesoamericano o andino; helenista o nórdico; druida o practicante del «Cultus Deorum» (paganismo romano); kemita o mesopotámico; shamánico, romuva, shinto o animista… o de cualquier otra tradición. ¡Todos somos paganos! ¡Todos somos fieles a los valores ancestrales, cada uno a su manera y según su entendimiento! Por tanto, todos perseguimos lo mismo… ¡Todos somos hermanos, transitando diversos caminos, pero lo hacemos buscando las mismas metas! El Paganismo es una religión abierta, una que no cree en verdades absolutas o reveladas, no tiene «mandamientos» o «dogmas de fe»… Una que no cree que la luz sea buena, ni la oscuridad mala. Es una religión del balance, de la armonía con el Cosmos. Si nosotros no nos respetamos entre sí, entonces de poco vale el tratar de rescatar el legado ancestral, porque no tendremos el derecho moral de hacerlo nuestro.- Tiempo de lectura: ~1 min. 60 palabra(s).
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