Esta reflexión nace a partir de un mensaje del 8 de febrero del corriente año, posteado por mí, en la lista de correo Babel-Pagan, como comentario al artículo Paganos oscuros y paganos de la luz
, publicado en este mismo blog, meses atrás.
El tema derivó en «por qué» estaban en decadencia los sitios serios de debate sobre Paganismo, como foros, listas de correo, newsgroups, etc…
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Las razones del porqué se prefieren las redes sociales a este tipo de ámbitos son las limitaciones tecnológicas que poseen los grupos de noticias y listas de correo.
Las personas quieren acceder a sitios fáciles, con interfaces intuitivas y sin necesitar conocimientos técnicos más que elementales para navegar. Pese a que estos son ámbitos mucho más adecuados para poder expresar y debatir las ideas, si los comparamos con el muro de Facebook o los «tweets» en Twitter (o cualquier otra red social), las capacidades multimedia de los nuevos medios hacen que las personas los prefieran por sobre cualquier ámbito de «puro texto».
Creo que también se ha dado una evolución en el neo-paganismo de los últimos años, no siempre buena: Se marcha hacia una atomización de las tradiciones y movimientos, haciendo cada vez más grupos, covens, logias o lo que fuere y olvidando la idea del Paganismo, como una entidad totalizadora.
Si eso es lo que sucede realmente, creo que vamos por mal camino. Porque como un conjunto inconexo de cientos de tradiciones neo-paganas, reconstruccionistas, tradicionalistas, evolucionistas o como se las quiera denominar, nadie nos tomará en serio jamás, nadie nos verá como un camino válido (nosotros no queremos hacer proselitismo, pero tampoco sería deseable la extinción por falta de miembros) y nunca podremos formar parte de la sociedad occidental como un colectivo espiritual y/o religioso con presencia real.
Claro que esto no viene a darse «porque sí», porque el destino lo quiere o algo semejante. Es consecuencia de la irresponsabilidad de los que se creen «referentes» o «conductores» de estos grupos. Hay demasiados egos de por medio, demasiados improvisados que entraron en el Paganismo dos años atrás y ya se creen «maestros»; hay mucho fanatismo (el paganismo «étnico» está pululando -me refiero al extremo, porque el moderado es muy válido y respetable); existen los que erosionan lo logrado hasta ahora, por su «alegre eclecticismo» con creencias no-paganas y la falta de compromiso con el estudio del pasado y las fuentes de lo que se supone que creemos.
Todo lo anterior, va generando un ambiente de caos, en donde TODOS quieren «caminar en solitario», no porque sea esa su vocación, sino porque les es más fácil y porque así no tienen que tomarse el trabajo de estudiar ni de contrastar lo que saben (o no saben) con los demás.
Caminar en solitario no implica ser autista ni guiarse sólo o principalmente por la propia imaginación, sino por el contrario, estudiar y entender sin ayuda (pero no con menos rigor) lo que los que transitaron primero tal camino nos legaron.
Somos demasiado pocos en el ancho mundo para que tengamos tantos filocristianos, neo-nazis, new-ages y cosas afines enquistados en las verdaderas tradiciones paganas y somos demasiado pocos para pretender tener cientos de senderos diferentes. Y como el camino no es volverse más cerrado y fanático en la propia tradición, porque además de que eso nos aleja de la verdad (que no es más que la realidad, como Aristóteles decía), también nos quita fuerza y seriedad ante los demás… Lo que deberíamos hacer, entonces, es buscar coincidencias. Estar unidos entre todas las tradiciones.
Como dije en el artículo en cuestión, hay sólo (básicamente hablando) dos sistemas de creencias dominantes en el mundo: El judeo-cristiano y musulmán (llamado genéricamente «religiones abrahámicas» o «reveladas») y el humanismo secular (el conjunto de los ateos militantes, marxistas, nihilistas, agnósticos, etc…). Nosotros podríamos llegar a ser una tercera opción. Espiritual, pero realista; religiosa, pero basada en este mundo (en «la Tierra») y no en «salvaciones» o «condenaciones» futuras.
Pero para lograr lo anterior, necesitamos tratar de buscar presupuestos mínimos que nos unan a todos, no vernos como cientos de religiones diferentes, dado que todos los paganos serios y honestos en sus creencias, tienen más en común de lo que los diferencian.
Si comparamos a los paganos de cualquier tradición con cualquier otra, vamos a pensar que son dos religiones diferentes y que nada tienen en común. Eso es verdad, hasta cierto punto. Pero lo único que hace falta para entender la cuestión de fondo, es contrastar a estas tradiciones con las religiones monoteístas (que son fundamentalistas e intolerantes) o bien con las ideas no-religiosas profesadas por los humanistas seculares y se verá que nuestras diferencias son «detalles» en comparación a lo que nos diferencia, a todos los paganos, respecto de esos otros dos colectivos humanos.
Para ser sincero, yo tengo pocas esperanzas. Vengo tratando de luchar por esa unidad de propósitos comunes (¡No de creencias! Está muy bien que existan miles de tradiciones, bendita sea la pluralidad y la diversidad…) y veo que cada vez hay menos interés en ello.
Es, en parte, culpa de estos hipermedios virtuales que existen desde los últimos años. Si bien confieso que hoy en día es mucho más fácil escribir y publicar que 10 o 15 años atrás, donde era una lucha crear sitios webs, mantener hostings, etc… Ahora es «tan fácil», que cualquier «paracaidista» arma un grupo, un sitio o incluso una institución fuera de la red, con suma facilidad y comienza a difundir «sus conocimientos» sobre la materia. Esta bastardización de la información, no ayuda para nada a la causa del Paganismo.
En toda actividad humana, los que enseñan o comunican, primero se preparan de manera sistemática, seria y profunda. ¿Por qué pensamos que en nuestras tradiciones debería ser diferente? ¿Por qué no se asume que para ser «maestro» en algo, hay que estudiar muchos años, tener mucha experiencia y haber vivido mucho primero?
Hay un proverbio que reza: «Para ser el mejor en algo, primero se debió ser el peor y entre medio de ambos extremos, siempre hay muchos años de esfuerzo…».
La mayor comunicación de ideas, también genera una mayor confusión y abordaje «light» del legado ancestral (ya sabemos que, rara vez, «más es mejor»).
Muchos adolescentes llevan colgados el Mjöllnir porque «creen» que es un símbolo de viking metal y otros un ankh porque lo vieron en una película de vampiros.
También se da en la mediana edad: Cientos de personas solitarias, con uno o dos fracasos maritales, comienza a abordar «cosas novedosas» para sentirse mejor, para pensar que «pertenecen» a algo. Muchas veces entran en algunas de las corrientes paganas por ese motivo y, por supuesto, arrastran su moral cristiana y los íconos que le introdujeron en sus cabezas a temprana edad. Esto es así, porque nunca se propusieron convertirse a nada, sino sólo «probar cosas nuevas».
Del primer grupo, nace toda la confusión de jugar a «Harry Potter» o «vestirse como vikingos», pensando que la Wicca y la fe Ásatrú son esas cosas, respectivamente… Del segundo grupo, surge la contaminación sobre «magia blanca y negra», la famosa frase «me han hecho un trabajo» o «¿qué hechizo hay para que mi marido (o mujer) vuelva a casa?».
Hacen falta sitios serios, pero por desgracia no se logra nada con el hecho de que algunos los queramos crear o mantener. Si no son visitados, nosotros mismos tenemos que caer en la corriente y usar los nuevos medios (redes sociales y afines) en vez de seguir en estos ámbitos más «espartanos», pero mucho más aptos para la transmisión seria de las ideas.
En mi caso particular (y esto sólo recientemente), he encontrado un «término medio» entre los sitios antiguos y las redes sociales, utilizando sistemas pre-fabricados de blogs. Eso me ha permitido sacarme de encima la necesidad de diseñar webs enteros para poder expresar mis ideas o difundir información y, por tanto, me ofrece más tiempo para escribir y concentrarme en el asunto de fondo.
Veremos que ocurre… Por ahora, la frivolidad, el extravío new-age, el filocristianismo; las tendencias racistas y la falta de unidad, prevalecen.-










































