Es notable como los humanos nos regodeamos en la incoherencia, con toda impudicia, violamos los conceptos más elementales de la lógica y, lo que es peor, de la propia ética personal.
Tal vez producto de la falta de adaptación al progreso tecnológico, a los nuevos medios de comunicación e interacción y a la revolución de la información, el humano promedio se está desquiciando… Odia lo que usa a diario y se revela contra lo que le permite ser libre. Uno puede ver eso en la red social más grande y poderosa de la Internet: Facebook.
Existe una suerte de distorsión cognitiva, que hace que algunos personajes con vocación «revolucionaria» ataquen a la tecnología informática usando computadoras, creen eventos en Facebook para repudiar a dicha red social, envíen a sus (presuntos) amigos carteles que dicen que la vida virtual está arruinando a la real y que las amistades de internet son basura, etc… Esto, entre otras pintorescas opiniones y acciones, que podrían calificarse, con justicia, de «esquizofrénicas».
Digo yo: ¿Si odian la informática, por qué se sientan frente a un teclado o laptop para escribir sobre ello? ¿Si consideran que Facebook es perjudicial, por qué le dan más audiencia y tráfico con nuevos posts o eventos? ¿Si creen que la amistad virtual no vale nada, por qué tienen contactos en primer lugar?
Luego están los primates que dicen: «¿Cómo puede ser que una persona adulta gaste horas de su vida en una red social…?» Y ponen caras de jueces al decirlo… Como si fueran autoridades en las relaciones humanas o sus vidas fueran ejemplos de interacción social… Yo diría: ¿Hay un modo mejor de transcurrir el tiempo (me rehúso a decir «gastar») que el hacerlo con los amigos?
¿Tal vez esos humanoides creen que ir a un bar y emborracharse con sus pares (lo cual no estoy condenando) es más «adulto», edificante o cultivador que departir en los muros y razonar largos ratos con gente pensante? ¿Será que quizás una «reunión social» para mostrar frivolidades, genera más «contacto humano real» que un evento virtual donde la gente comparte sus más profundas ideas, creencias y sentimientos?
Lo peor de todo, es que esto no se da por primera vez… En cada fase de la historia humana, en donde se genera un salto evolutivo en la comunicación y surgen nuevas posibilidades de contacto (más allá de lo que permite lo puramente «físico»), surgen como hordas barbáricas los primitivos que creen que todo eso es basura, que arruina la mente o que degrada a la civilización, cuando no aparece algún loco fundamentalista amenazando con la condenación, porque todos esos «artilugios» son obra del demonio y ofenden al dios de la religión dominante, en su área de influencia.
Ya se vio siglos atrás, cuando las personas entablaban amistades a larga distancia mediante el correo postal, por ejemplo… Pese a que se dieron fenómenos culturales y humanos de enorme valor, tales como círculos intelectuales, filosóficos, literarios y científicos (entre personas de lejanas tierras); se potenciaron las relaciones humanas y se logró el contacto entre lugares lejanos en tiempos mucho más reducidos…
Ha de ser, según creo, algún gen neanderthaloide, que se nos ha escapado en el genoma… O quizás algún bizarro sentido de la «tradición» o su «inversamente idéntico» gemelo, mal llamado «progresismo», que nos cortocircuite el cerebro?
Tiempo atrás leí, en un foro de la red, un debate concomitante a lo que ahora refiero. En él, un triste ser, que no puedo denominar de una manera diferente que como una «vieja loca», que por su calidad sintáctica y ortográfica al escribir, denotaba no haber leído más de 3 libros en toda su vida, «condenaba» a las redes sociales como «centros de vicio» y «núcleos de perversión». Tal parece que para algunos la amistad sin intereses utilitarios es «obscena»; que la fraternidad no ritualizada es perversa y que el diálogo sin protocolos es subversivo.
Me pregunto si habrá sido así en generaciones pasadas… Me lo pregunto retóricamente, porque es obvio que esto es cíclico y recursivo, que los humanos somos animales costumbristas. Imagino a algún idiota, 100 años atrás, diciendo: «¿Escuchas música en un fonógrafo? ¿O las noticias en la radio? ¡Estás arruinando tu vida!». Por otra parte, quizás 5300 años atrás fuera igual… Algún egipcio retrógrado o sumerio retardado, le diría a sus hijos: «¿Pasas tiempo dibujando signos en papiros, o tablillas de cerámica, en vez de trabajar en el campo? ¡Eres una desgracia para la familia!». Por supuesto, el que con ello se inventara la escritura y se lograra el mayor salto cualitativo de la evolución cultural de nuestra especie, es un «detalle menor»…
¿Cómo será en el futuro? Imagino gerontes amargados charlando en parques con árboles holográficos o adultos jóvenes sentados en los rincones oscuros de las facultades de humanidades, probablemente pletóricas de dispositivos digitales usados para «la revolución», diciendo: «La teletransportación es pornográfica», «El viaje en el tiempo es contrarevolucionario» o «las travesías interestelares son decadentes y neoliberales».
Vaya uno a saber… Quizás tengan razón y el sentido último de la sapiencia de nuestra humanidad, debería haber sido el sacarnos las pulgas, comiendo alegremente unas bananas, colgados de las ramas de muy igualitarios, no-tecnológicos y para nada originales árboles…
Pero en verdad no lo creo. Como siempre ha sido, todos estos dinosaurios culturales, quedarán atrás y prevalecerá la razón y el (verdadero) progreso, que no tiene porque tener como agregado el clásico «-ismo», que denota ideología.
Sigamos adelante, amigos míos… Internet es, con todos sus defectos y sus lacras, el factor más potenciador de la libertad y la reflexión humana que ha existido en toda la historia de nuestra especie. Además, dentro de ella, las redes sociales (si se usan bien) son la herramienta más poderosa para unir a todos los humanos y establecer colectivos independientes, ajenos a los poderes fácticos, a los bloques ideológicos o a los manejos de los sistemas de creencias hegemónicos.
La tecnología trae el progreso y el progreso trae libertad para vivir, elegir y aprender. Quedémonos con eso, mientras los dinosaurios esperan que les caiga un nuevo asteroide, que ponga fin a sus tristes, miserables y «arcaicas» existencias.-
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Autor, antropología, psicología; community manager, diseño y administración web…
Investigador del pasado y los orígenes de las creencias. Dedicado a la reconstrucción y divulgación del Paganismo; a la lucha por el laicismo y el conocimiento científico. Activista de los Derechos Humanos y los Derechos Animales. Ecologista radical. Pagano, liberal. Escritor, librepensador… 44 años de experiencia en la reconstrucción y difusión del Paganismo y el legado ancestral (25 años en la red).
Me gusta lo desconocido, el Erebus, lo que está en penumbras… Valoro tanto la Oscuridad como la Luz, que forman un eterno balance el cual da vida al Universo. Estoy en una jornada, una aventura y una exploración que sólo terminará cuando muera…
«En la arena del debate, sólo cae herida la ignorancia.»
Estas pobres personas se dan cabezazos figurados contra la pared, no saben dar un buen uso a la red social y al ver que no están llevando sus vidas por el camino que quisieran, culpan a la Internet de todos sus problemas. Su disonancia cognitiva les impide darse cuenta de que ellos son dueños de sus propias vidas y que una herramienta como es Internet no es más que un medio que les devolverá aquello en lo que quieran invertir, bien sea en cultura y enriquecimiento o en trivialidades.
Llego a pensar que esto es parte de la tendencia cristiana de «demonizar» todo aquello que nos supone una prueba de voluntad y determinación, y al fallarla culpamos a todo menos a nosotros mismos.
Gracias por esta increíble web, Óscar. No es si no una prueba más de lo maravilloso que la tecnología bien empleada hace por nosotros día a día.