Argumento ad verecundiam:
A pesar de que ninguna tradición pagana reconoce a un clero organizado ni cree en profetas, santones, gurúes, “elegidos” o seres que, supuestamente, mantienen una relación especial o directa con lo divino, es muy común el prejuicio de mensurar las declaraciones, escritos y opiniones en función del grado de autoridad, prestigio o trayectoria que su autor denote y no (como debiera ser) en base a la solidez de sus argumentaciones o a lo irrefutable que sean las evidencias que éste aporte.
Es frecuente que los paganos, especialmente quienes siguen tradiciones más “light” como la Wicca Ecléctica (o similares), pregunten: “¿Qué dijo el autor XYZ sobre este particular?” en vez de: “¿Qué evidencias hay para sostener lo que dijo el autor XYZ…?”.
Además de lo anterior, hay una solapada pero pertinaz tendencia a querer “regular” el flujo de ideas en función de lo institucional y no en base al conocimiento académico, científico e histórico (el único válido, al menos desde lo general).
Es así, que muchos imponen su opinión a partir de “mostrar credenciales” de pertenencia a tal o cual grupo y otros sencillamente repiten: “Según el autor tal y tal, esto es así o asá…” (sin jamás cuestionarse si tal autor estaba en lo cierto). En este sentido, resultará muy difícil la aplicación del sentido crítico y la metodología de investigación sistemática, sin puntos de vista privilegiados.
La mejor manera de evitar este sesgo es seguir una simple pauta: Ya Albert Einstein, a comienzos del siglo XX, descubrió a través de su Teoría Especial de la Relatividad, que no existen puntos de vista privilegiados en el Universo, que toda medición tiene un resultado dado, según el sistema de coordenadas que se utilice para llevarla a cabo (y que el valor de la medición –léase, “la realidad”– puede cambiar, si se altera el sistema de coordenadas original).
Lo anterior, es válido para toda inferencia u observación, sea esta filosófica, histórica, científica, etc. Por tanto, hay que analizar los datos disponibles y rastrear sus fuentes, llegar hasta el punto en donde se esté seguro de su validez, no por la persona o personas que hicieron la “cadena de transmisión” de dicha información, sino por su origen primero.
Por ejemplo: Si se lee un artículo en un periódico sobre un nuevo descubrimiento relacionado con el Antiguo Egipto, el mismo sólo debería servir de referencia para la búsqueda de información subsecuente… Si se es persistente, eventualmente se llegará a la fuente (el autor real del trabajo de investigación) y, al final del camino, se podrán encontrar imágenes, vídeos o lo que fuere, que funjan de pruebas objetivas, claras e incontrovertibles, sobre el tema.
No hay que valorar un contenido en función de la fama o prestigio de su autor, sino por el grado de correspondencia con la Realidad que tenga el mismo. Ni en la Ciencia ni en la Filosofía, un autor, por más famoso o prestigioso que sea, puede ser tomado como fuente incontrastable (lo mismo debería ocurrir con el conocimiento de lo pagano).
Ahora bien, dado que el Paganismo no es una creencia heredada sino redescubierta, no vale la presunción de que una fuente determinada sea infalible, incluso si se trata de un texto ancestral.
Sobre lo anterior, es natural que muchos se pregunten: «¿Qué pasa cuando esta realidad de fondo no se encuentra accesible?» (obviamente el lector no siempre sabe, a priori, si un determinado contenido es válido).
Pues bien, lo pertinente es, al terminar la lectura, buscar confirmar o refutar los contenidos, datos e ideas que se asimilaron, sin importar el tiempo que lleve o si, por ejemplo, el poder confirmar la validez de un libro implica el leer 20 más… Así es como se lleva a cabo una investigación sólida y seria… Esa es la única forma de hacerlo y, además, es preciso recordar lo siguiente: En el Paganismo, nada es revelado o heredado, todo debe ser redescubierto, aprendido desde las fuentes y analizado con cuidado, separando el “trigo de la paja”.
Autor, antropología, psicología; community manager, diseño y administración web…
Investigador del pasado y los orígenes de las creencias. Dedicado a la reconstrucción y divulgación del Paganismo; a la lucha por el laicismo y el conocimiento científico. Activista de los Derechos Humanos y los Derechos Animales. Ecologista radical. Pagano, liberal. Escritor, librepensador… 46 años de experiencia en la reconstrucción y difusión del Paganismo y el legado ancestral (27 años en la red).
Me gusta lo desconocido, el Erebus, lo que está en penumbras… Valoro tanto la Oscuridad como la Luz, que forman un eterno balance el cual da vida al Universo. Estoy en una jornada, una aventura y una exploración que sólo terminará cuando muera…
«En la arena del debate, sólo cae herida la ignorancia.»