Contextualizar las fuentes:
Es muy frecuente que los paganos modernos se fascinen con determinados textos de la Antigüedad o el Medioevo, pensando que por ser “antiguas”, estas fuentes son exactas o confiables.
Obviamente, todo texto que acerque al lector a las épocas cuando se practicaba la tradición que éste pretende aprender, es valioso, útil y de lectura virtualmente obligatoria. Pero algo muy diferente es tomarlo como una “referencia absoluta”.
Por poner algunos ejemplos: Lo poco que la arqueología nos puede decir sobre los nórdicos antes de su cristianización, es mucho más exacto y básico para la comprensión de esa tradición, que los mismos Eddas. Esto es así, porque dichos textos fueron redactados por cristianos, basándose en las postrimerías de tradiciones ya sincréticas y desgastadas desde siglos atrás.
Así mismo, unas pocas frases de un historiador o etnógrafo griego o romano, pueden contener información más valiosa que todos los textos juntos que puedan haber sido compilados en tiempos medievales sobre celtas, germanos y otros pueblos ágrafos (que no contaban con literatura propia, al menos no en tiempos paganos).
Esto vale para cualquier otra civilización o cultura: Plutarco escribió “De Isis y Osiris” (tomo VI de su “Moralia”) a finales del siglo I o principios del II (d.C.). Esta obra dista tanto del mito faraónico, como una obra cinematográfica de hoy en día sobre la Odisea puede estarlo de dicha épica homérica. Sin embargo, el lector desprevenido, puede tomar a ese libro y pensar en éste como en una fuente primaria de la religión osírica, sólo por el hecho de que Plutarco vivió hace 2000 años y fue contemporáneo a la etapa final del culto de Isis. Pero, nada más lejano a la realidad… Una fuente primaria del mito osírico, sería el “Libro de la Salida al Día”, que data de 1300 años antes (y que fue redactado por sacerdotes egipcios).
Si no se tiene cuidado con la mensura cronológica y geográfica de una fuente antigua, así como respecto de su calidad histórica y literaria, no se podrá llegar al conocimiento real que pudiera contener y no logrará diferenciar la ficción, el mito y la realidad histórica que, quizás, sus contenidos transmitan.
Es de rigor, el despojarse de cualquier prejuicio cultural, étnico o nacionalista, y aprovechar las fuentes disponibles, y juzgarlas sólo por su grado de pertinencia y pertenencia (a una época y región acorde con lo que se necesita investigar). Si así no se procede, se fracasará en el intento de buscar la verdad de los hechos del pasado o de aproximarse a los ancestros remotos y al legado que estos hayan podido dejar.
Autor, antropología, psicología; community manager, diseño y administración web…
Investigador del pasado y los orígenes de las creencias. Dedicado a la reconstrucción y divulgación del Paganismo; a la lucha por el laicismo y el conocimiento científico. Activista de los Derechos Humanos y los Derechos Animales. Ecologista radical. Pagano, liberal. Escritor, librepensador… 44 años de experiencia en la reconstrucción y difusión del Paganismo y el legado ancestral (25 años en la red).
Me gusta lo desconocido, el Erebus, lo que está en penumbras… Valoro tanto la Oscuridad como la Luz, que forman un eterno balance el cual da vida al Universo. Estoy en una jornada, una aventura y una exploración que sólo terminará cuando muera…
«En la arena del debate, sólo cae herida la ignorancia.»