Bien… Me temo que, desde el Paganismo, no tengo demasiado que decir a este respecto. El supuesto fenómeno del «Viaje Astral», comenzó a manejarse en tiempos victorianos y, mayormente, en los últimos 50 años.
En todas las épocas, los seres humanos imaginaron el poder viajar a través de estados oníricos, de trance hipnótico; estados alterados producidos por alucinógenos, técnicas de privación sensorial o ayunos y exposición a los elementos, etc… Sin embargo, la idea «positiva» de que el alma (o algún otro componente esencial del Ser) abandona el cuerpo y «viaja» fuera de él, no es una creencia ancestral.
Los shamanes afirman (y siempre lo han hecho) el poder realizar «viajes», pero a través de reinos espirituales y que, sin decirlo explícitamente, porque no manejan terminología psicológica, implican que están dentro de nosotros (y no fuera o más allá del cuerpo).
Desde el punto de vista científico, no existe evidencia alguna de que la consciencia se proyecte fuera del cuerpo, de que capte algún evento sin el concurso de los sentidos o cosas parecidas.
Esto nos lleva a la pregunta principal: «¿Cómo diferenciamos un Viaje Astral de una proyección?».
La respuesta es que no podemos: Todas las experiencias que suelen definirse como «viajes astrales» ocurren en el cerebro del individuo que las experimenta. Esto no sólo comprende a tales «viajes», sino a las experiencias de casi muerte, a los trances espirituales, etc…
Cuando creemos que salimos del cuerpo y vemos nuestra habitación, no es más que una «recreación» que nuestro cerebro hace en base a la información que conocemos del entorno. En general, todo el mundo que se interesa en el tema (yo lo hice por muchos años), descubrirá que puede «volar» por su habitación en algunos sueños. Sin embargo, si a esa misma persona se le pide (o trata por propia iniciativa) de visitar la casa contigua (en el supuesto de que jamás la haya visto «físicamente» hablando), no podrá captar ninguna información probatoria de tal experiencia.
Lo anterior se ha tratado de hacer miles de veces, por investigadores serios y metódicos, y jamás se logró nada.
Algunos ocultistas aducen (con mucho ingenio), que no se pueden visitar lugares «privados» sin el permiso de sus propietarios u ocupantes, lo que anula toda posibilidad de que estas visitas (que podrían ser probatorias del «viaje astral») se lleven a cabo. Sin embargo, la realidad es que tales viajes no se producen, sólo son un aspecto peculiar de nuestro universo onírico.
Sobre: «¿Qué debemos tener en cuenta? ¿Y cuáles son los riesgos a la hora de realizar un viaje astral?».
Bueno, el que la experiencia sea introspectiva y no forme parte del mundo fenomenológico, no la hace menos interesante. Teniendo esto en cuenta, yo diría que el camino más sano y natural, es fomentarlas (si es que se quiere) en momentos del sueño y no a través de experiencias «pico» o de estados alterados.
En general, el «viaje astral» es como un sueño dirigido (o sea, la experiencia del sueño cuando se sabe que se está soñando y por tanto se lo puede controlar, hasta cierto punto). Por ello, el provocarlo en estados diferentes del sueño, puede llegar a ser una experiencia sumamente desagradable y traumática, ya que casi siempre terminan con efectos de «salida», del mismo tipo que en el sonambulismo, cuando el individuo es perturbado o despertado a la fuerza o equivalentes a una sesión de hipnosis mal «terminada».
¿Qué hacer para fomentarlos en el sueño? Se me ocurren algunos TIPs:
- No tomar alcohol o benzodiacepinas antes de ir a dormir.
- Acostarse no muy tarde para cumplimentar las 8 horas normales de sueño durante la noche.
- Dormir solo/a (incluso si la persona que comparte la cama o la habitación es de absoluta confianza, nuestro subconsciente sabrá que puede ser «interrumpido» y no caerá en sueños tan profundos como cuando goza de una absoluta soledad).
- Tener en cuenta, que este tipo de eventos se suelen dar en el alba, por razones de los ritmos circadianos de nuestro organismo.
- Dormir a oscuras y en el mayor silencio posible.
- Relajarse física y mentalmente antes de caer en el sueño.
- No tener expectativas, la ansiedad por buscar la experiencia es la mejor receta para no lograrla.
Finalmente: «¿Cómo identificamos las larvas que pudieran pegarse en nuestro campo energético, es posible identificar un viaje astral involuntario?».
Bueno, lo de «cuerpo energético», «larvas», etc… no tiene nada que ver con el Paganismo, yo no creo en tales cosas y estoy seguro que tampoco lo hacen la mayoría de los que profesan nuestras tradiciones.
Este tipo de cosas surgió en la época de auge del Espiritismo (entre 1848 y 1925) y deriva de ideas tanto espiritas como teosóficas y ocultistas, mayormente a partir del esoterismo cristiano, no del pagano.
Las precauciones que deberían tomarse si se quiere profundizar en cualquier tipo de experiencia onírica atípica, en estados hipnóticos o alterados, etc… tienen que ver con la seguridad de nuestra psiquis y el prevenir posibles brotes psicóticos o alteraciones traumáticas de nuestros ritmos cerebrales. Por lo demás, se puede buscar (y, si se logra, practicar) la experiencia, sin temores a «entidades extrañas».
El «Viaje Astral» es una experiencia onírica atípica, es parte de nuestro universo psíquico (interno), por tanto, los únicos peligros (al margen de los sobresaltos que ya cité) están en posibles disfunciones de nuestra psique o de nuestro sistema nervioso central (no es recomendable que personas epilépticas, depresivas crónicas o propensas a la psicosis practiquen este tipo de cosas).
Espero haber respondido a tu pregunta… De seguro no alcanzará las expectativas que motivaron su formulación, ya que soy escéptico a este respecto. Pero como he sido investigador de estos fenómenos durante muchos años, creo que la información que presenté arriba podría ser de utilidad a cualquiera que trate de buscar esta experiencia o tenga la inquietud de aprender sobre ella.-