Película dirigida por William Friedkin en Estados Unidos, de la cual no faltan historias de aquellos que, después de ir al cine o verla en televisión, quedaron impactados con las escenas, sintiéndose temerosos, sugestionados o traumatizados. Se trata de una historia que, desde su estreno en 1973 e incluso, hasta el día de hoy, causa revuelo.
Sinopsis
La historia se centra en torno a la posesión demoníaca de Regan MacNeil de 12 años y su ardua lucha por liberarse de dicha entidad y sus ataques supernaturales. Tras diversos estudios médicos sin una respuesta satisfactoria, su madre, la actriz Chris MacNeil, acude a la ayuda de Damien Karras, sacerdote que también tiene formación de psiquiatría, quien le practica un exorcismo a Regan junto con el padre Merrin.
Demonios mesopotámicos vs su forma cristianizada
Lo primero en este caso es entender el uso de la palabra “demonio”, que en un enfoque cristiano es el ícono de la maldad, de un enemigo supernatural. Ello lleva a que surjan prejuicios al hacer traducción de textos paganos, donde el nombre “demonio” se usa, en cambio, de manera coloquial para hablar de entidades negativas, adversas o perjudiciales que simbolizan, más bien, fenómenos naturales hostiles, de orígenes desconocidos en su momento, comúnmente, tratándose de enfermedades, calamidades, sequías, hambrunas, plagas, etc.
Es decir que, a diferencia de la concepción del cristianismo, la malignidad de estos demonios en un contexto pagano es variable tanto en grado como en el concepto de que pueden ser también propicios. Además, no necesariamente serán derrotados desde un punto de vista de “bueno que siempre vence al malo”, sino que se podría no resultar victorioso, a pesar de que se invocara la ayuda de deidades muy poderosas o benéficas.
En la película, el tipo de demonio que se muestra, está concretamente asociado a la perspectiva católica. De tal forma, la palabra “demonio” implica un carácter de un ser plenamente maligno y terrible, de un “bien contra el mal”, que no estaba presente en la cultura y la religión Mesopotámica que trata a estos seres desde el tercer milenio a.n.e. como causantes de mala suerte, enfermedad, impotencia y enfermedades, entre otras dificultades de la vida cotidiana. A diferencia de una visión cristiana con entidades malignas que no cambian, en Mesopotamia, podían ser igualmente benévolas o crueles sin que tuvieran una naturaleza fija.
¿Quién es Pazuzu?
Remontándose al primer milenio a.n.e., si bien se suele decir que su existencia puede estar desde mucho antes, se le conoce como gobernante de los lilû, que son un tipo de espíritus masculinos en acadio. Este término es relacionado con el de alû de mitad humano y mitad demonio, en este caso, del viento. Pazuzu es la antropomorfización del viento del suroeste de carácter pernicioso mesopotámico, responsable de la peste, el daño, las plagas, enfermedades infecciosas, del delirio y la fiebre. Las enfermedades se le atribuían a su soplido o aliento y se buscaba la expulsión de las mismas del cuerpo.
Su figura pertenece a la Mesopotamia antigua, pero sus referencias textuales y artísticas poseen una amplia distribución geográfica, apareciendo, por ejemplo, en sitios del Mediterráneo oriental y la isla de Samos. Puede encontrarse así en la mitología asiria, sumeria y acadia.
Por otro lado, se ocupaba para la protección del enfermo y expulsar a su consorte Lamaštu, siendo así también propicio para los humanos. Se veía comúnmente como objeto apotropaico, es decir, para atacar o defender al mismo tiempo. Era además de ayuda el invocarlo contra otros demonios.
Una de sus representaciones más famosas, que por cierto es la que se presenta en la película, data del primer siglo antes de nuestra era. Se encuentra exhibida en el departamento de antigüedades orientales del Museo de Louvre en París, donde puede verse una estatuilla de pie montada en una base con el brazo derecho levantado. Está hecha de bronce de entre 14.5 y 15 centímetros con una argolla en la parte superior que le permite la posibilidad de colgarse y emplearse con fines de protección. Su cuerpo es antropomorfo y se encuentra desnudo con 2 pares de alas y patas de ave rapaz, al igual que con una cola de escorpión, y, probablemente, con una cabeza de serpiente al final del falo.
Igualmente, tiene grabada una inscripción cuneiforme en su espalda en acadio-babilonio, cuya traducción aproximada puede leerse así:
Soy Pazuzu, hijo de Hanbi,
el rey de los demonios malignos de Lilu
(demonios del viento),
Yo mismo ascendí la poderosa montaña que temblaba
Y los vientos bajo los cuales
seguí su dirección hacia el oeste.
Uno por uno, los rompí
El año y su lugar de hallazgo preciso no se conoce, pero se sabe que fue encontrado en Irak, para ser llevado al Museo del Louvre en 1872. Así, podía ser un protector y no una entidad esencialmente “maligna”, al modo como actualmente se concibe dicho término desde un punto de vista abrahámico.
Ahora bien, en la cinta, Pazuzu se retrata como un demonio, y no cualquiera, ya que la primera película de la saga lo encarna como el propio “Satanás/el diablo”, y aún no revela su identificación con Pazuzu de manera directa. El nombre de Pazuzu no es mencionado, pero puede verse su imagen ocasionalmente.
Su apariencia se servirá primero de imágenes intermitentes de una especie de cara blanquizca, ojos enrojecidos y dientes amarillentos que provoca inicialmente una conducta desafiante en la niña Regan, con fiebre elevada, para progresivamente ir empeorando a base de gruñidos, poner los ojos en blanco, movimientos contorsionistas, fuerza desmedida, hablar otros idiomas o con las palabras al revés, azotarse compulsivamente y agredir a los demás física y verbalmente. A ello se suma un cambio de aspecto de ojos café a verdes, lengua como de reptil y piel pálida con llagas, junto con habilidades sobrenaturales como levitar o mover objetos, girar por completo la cabeza o disminuir la temperatura de un cuarto.
Las alusiones a Pazuzu se encuentran tras el título y los primeros créditos acompañados de inquietantes chirridos para entrar en escena en un lugar identificado de manera vaga como el norte de Irak, mostrando un lugar de excavación en antiguas ruinas, representado en una figura pequeña con su rostro y, minutos después, ya uno de cuerpo entero en una estatua, casi del tamaño de una persona. Lo mismo que en escenas finales, donde se ve junto al cuerpo de Regan mientras los sacerdotes realizan el “exorcismo”.
Consideraciones mitológicas e implicaciones médicas, psicológicas y psiquiátricas
Asimismo, el embarazo en Mesopotamia conllevaba gran peligro, donde la muerte de la madre o el niño durante la gestación, el parto e incluso en las primeras etapas de la infancia era usual. Lamashtu constituía el desafío principal, aunque había otros demonios amenazando a madres nuevas o aún embarazadas.
A este respecto, se debe enmarcar que, finalmente, se apuntaba a una representación de hechos naturales, a diferencia del cristianismo, donde el ataque es supernatural. Hoy en día, se deja como último recurso el pensar en un exorcismo, ya que existen enfermedades mentales que explican mucha de la sintomatología que las personas presentan ligada a lo que se entiende como una “posesión diabólica”. Aún más, la mera sugestión juega una importante influencia desencadenante que también debe ser tomada en cuenta, al igual que desbalances hormonales, daños neurológicos por químicos consumidos o del ambiente. Por tanto, es crucial descartar lo neurológico, médico, psiquiátrico y psicológico como causantes.
Excelente review (y reivindicación de Pazuzu), Tere!! :)
Esperemos que Pazuzu quede satisfecho con la labor :D
Gracias por tu apoyo querido Oscar!
:)