Este post es una reflexión en base a una fotografía, misma que he visto en cientos (por no decir miles) de ocasiones, dentro de las redes sociales. La imagen, plantea un valor falso, un concepto retrógrado, pusilánime y erróneo: Cual es el pensar que para ser «espiritual» hay que ser «pobre» (económicamente hablando) y que para estar en contacto con la Madre Naturaleza, ser ecologista o amante de los animales, hay que vivir en el primitivismo y el rechazo apriorístico de la ciencia, la tecnología y sin el confort de la modernidad.

Aquí trataremos de dejar en claro que esto no es así, que el pensarlo, es sólo una excusa para el odio clasista; para la debilidad de carácter, que no nos permite progresar y ser independientes o el abordaje de atavismos respecto a religiones que han demostrado ser factores de atraso e ignorancia para la Humanidad toda.

En la doble fotografía que se presenta en este post, se muestra a un niño occidental operando un iPhone (teléfono celular/móvil marca Apple) y, en el lado derecho (no por casualidad: los humanos solemos vincular la mano derecha a lo «normal», lo «bueno», lo «correcto»), a otro niño, vestido como monje buddhista (o más bien como acólito, estudiando para ello), el cual se encuentra acariciando un pequeño pájaro.

Esta imagen a dado miles y miles de «vueltas» por las redes sociales y en los posts correspondientes, se han leído «profundas» y cacofónicas reflexiones descalificatorias hacia los valores occidentales y grandes alabanzas a los valores «orientales» (como si fuera que todo Oriente profesara el Buddhismo y sin recordar que el 90% de la población de esos lares, es comunista o musulmana).

La pregunta más leída, a este respecto era: «¿Qué les estamos enseñando a nuestros hijos para el futuro…?».

Pero antes de continuar, como dije en la introducción del post, la motivación del mismo es repudiar esta tan acartonada y simplista (desinformada además) visión de la Vida… Por eso, les tengo que advertir a los que anidan sentimientos «demasiado sensibles» sobre el Oriente o tienen a sus culturas, por demás idealizadas, que mejor abandonen la lectura de este artículo…

Dicho esto, antes que nada: Voy a comenzar por explicar algunos detalles «técnicos» sobre el sacerdocio buddhista… ¿Sabían Uds. que en las tradiciones Vajrayana (el «lamaísmo» o buddhismo tibetano forma parte de este grupo) y en algunas formas de buddhismo Theravāda, los niños son ingresados para dedicar sus vidas al sacerdocio a la temprana edad de 7 u 8 años? Y si lo sabían o ahora que lo saben, ¿Creen, por ventura, que esto es un bien y que no va contra los derechos de los niños involucrados?

Si en Occidente, se forzara a un infante de 7 u 8 años a vestir ropajes clericales, a afeitarse la cabeza y a seguir una MUY ESTRICTA disciplina monacal, se tacharía a los responsables (padres, religiosos involucrados, etc…) de abusadores de niños (y no sin razón, hay que decir). ¿Por qué, entonces, admiramos tanto a lo que ocurre en otras culturas a ese respecto?

Pero les diré más: En las escuelas buddhistas, abundan los castigos físicos y, eventualmente, los abusos sexuales, del mismo modo que ocurre en las escuelas religiosas de Occidente, donde los «maestros» practican el «celibato». También existe el «bullying» de los estudiantes mayores, o más «normales», hacia los menores, o «atípicos», y otras muchas «peculiaridades». ¿Tal vez creían que en Oriente eran alienígenas, sin defectos «terrícolas»? ¡Pues, despierten! No es así… Ocurren las mismas cosas…

Yo siempre he sido admirador del Buddhismo. No lo encuentro compatible con el Paganismo, porque deniega al «Yo» y renuncia a tener una vida plena y de disfrute en «este mundo» (que es la única existencia que conocemos), por eso no lo practico. Pero, si es que fue realmente un personaje histórico, el Buddha, Siddhartha Gautama, según mí entender, debería ser considerado como uno de los filósofos, pensadores y maestros espirituales más grandes de la Historia. Sin embargo, lo dicho no implica que idealice o «cierre los ojos» ante la realidad de la religión que él fundó, y de lo que es hoy en día (en el siglo XXI).

En el buddhismo moderno hay tanto machismo, segregación de la mujer, homofobia y prejuicios como en la ICAR. A mí NO ME GUSTA la ICAR, pero tampoco voy a ser menos inflexible ante la realidad de los defectos de otras religiones, sólo porque son exóticas y tienen mejor «prensa».

Muchos gustan y hasta veneran a Tenzin Gyatso, más conocido como el «Océano de Sabiduría» o «Dalái Lama« del Tíbet, el número XIV, para ser exactos. Hay que reconocer que es un buen sujeto, que aboga por la paz y por la independencia (y liberación) de su país. Pero lo que pocos saben, es que no deja de ser tan machista como los pontífices de Roma y tan conservador como aquellos, en cualquier sentido que se le quiera ver.

Tampoco conocen nada sobre los otros 13 «dalái lamas», los anteriores, ni que el primero de ellos fue puesto como un «rey títere» por los mongoles y que desde entonces fueron considerados monarcas absolutos, deidades vivientes y personajes con derecho de vida o muerte sobre toda criatura viviente en el Tíbet. Pocos saben que los castigos físicos y las torturas eran parte de la legislación tibetana hasta bien entrado el siglo XX.

Gran parte de la simpatía y el carisma del «rey dios», comenzó a partir de que perdiera todo poder «terrenal» y fuera un desterrado de su propio reino. El Dalái Lama XIV, da entrevistas y saluda a todo el mundo, sin embargo, el número XIII y sus predecesores, castigaban a cualquier tibetano que se atreviera a mirarlos a los ojos.

¿Conocen a los monjes de Tailandia que «conviven» con tigres y se sacan bonitas fotos con ellos? Son todas muestras de «paz, amor y compasión»… ¡Una maravilla! ¿Pero saben algo? ¡Es mentira! Los pobres tigres son sometidos a entrenamiento al igual que ocurre en los circos de Occidente y están tan limitados en su vida natural como en los zoos de nuestro hemisferio… Se les golpea, droga y se los mantienen encadenados… ¿Qué tienen de admirables tales prácticas entonces? ¡Nos dejamos vender cualquier cosa por una simple fotografía! ¡Hay que ver que hay «detrás» de las imágenes, para conocer la realidad…! «No todo lo que reluce es oro», reza el proverbio popular (y bien que tiene razón).

Los mismos que se pasan posteando y compartiendo cosas en contra de los zoológicos y circos en Occidente (yo también lo hago y felicito a quien se ocupa de repudiar todo eso, aclaremos), postean estas porquerías como «la gran cosa» y sin embargo constituyen el mismo tipo de abuso animal que se combate en Occidente. ¡Claro, con la siempre «compradora» y omnipresente «sonrisa buddhista»! (Aclaremos).

Por otra parte, ¿Cómo sabemos que el niño de la izquierda (me refiero al futuro «cerdo capitalista occidental»), no es amante de los animales y no cuida más a los mismos que el pequeño buddhista…? ¿Cómo sabemos si no está mandando un mensaje para que se adopte a un animal perdido o feral, con su ultra-moderno instrumento tecnológico? ¿Cómo sabemos si el niño buddhista no trituró al pájaro luego de tomarse la foto? ¡Ya lo sé! Nada de todo eso es probable… Es pura retórica de mi parte, pero quiero hacerles pensar en las posibilidades y en lo estereotipada que resulta nuestra reacción inicial, impensada, ante una simple y estúpida fotografía.

¿Cuál de los dos niños creen que tiene mayor potencial, para ofrecer a la Humanidad, y mejores posibilidades de dejar una marca positiva en su vida? ¿Se lo han preguntado?

El «niño del iPhone», tal vez termine como un empresario corrupto o un vagabundo, pero puede que también sea un futuro Albert Einstein o Stephen Hawking o, por ejemplo, otro Steve Jobs…

El niño oriental, paradójicamente, tiene uno de dos destinos posibles: Si lo han hecho entrar en una escuela buddhista porque sus padres eran demasiado pobres como para poder mantenerlo (se estila que al menos un hijo termine como monje), quedará allí para toda su vida, recitando mantras y girando «ruedas de oración».

La segunda opción, que pocos conocen (ciertamente, ninguno de los ingenuos que gustan de postear la fotografía en cuestión), es que también puede ser hijo de una familia adinerada, que lo ha enviado allí por «tradición», porque «es lo usual y bien visto» y que no se interesan para nada en lo «espiritual», siendo que el niño, a la postre, dejará el monasterio y se convertirá en un «empresario capitalista», pero eso sí, muy oriental y «buddhista».

En cualquier caso, los estereotipos son estúpidos, ¡Nunca revelan nada sobre la verdad de los hechos, sobre la Realidad!

¿Por qué creen que las personas que gustan o disfrutan de la tecnología, necesariamente, son menos «espirituales» (término ambiguo, si lo hay), que las que viven en el primitivismo? ¿Es que acaso no se entiende, que desde la existencia de Internet y la informatización del mundo, los Derechos Humanos, la Ecología y los Derechos Animales, así como miles de otros aspectos de la cultura humana, han progresado enormemente? ¡La Tecnología y la Ciencia NO SON enemigos de la consciencia y el espíritu humano, sino sus aliados… Los menos «traicioneros», los más seguros y confiables!

Otro gran error, es vincular el «lujo» o la «frivolidad» con el uso de dispositivos tecnológicos y/o los medios de comunicación resultantes de ellos (redes sociales, por ejemplo). La telefonía celular y la Internet, son hoy parte de la vida de todos y un recurso normal para estudiar, trabajar y crecer intelectualmente.

Una red social o un teléfono celular, pueden ser utilizados para la idiotez más supina, más pueril y absurda, pero también pueden salvar una vida, hacer que un ser inocente sea rescatado, castigar a un culpable y, sobre todo, difundir la información «por fuera» de los factores de poder y control del Estado y las corporaciones. O sea, AYUDAR a difundir la cultura, el bienestar y el conocimiento humano.

Todo eso, por no aclarar la seguridad física que le puede brindar a un niño pequeño, el poder contactar a sus padres en cualquier situación o lugar, sea que esté perdido o que se encuentre lejos, en una circunstancia de peligro o incertidumbre. ¿Por qué, entonces, algunos ven como «frívola» la idea de que los niños usen tales dispositivos?

Por otro lado, ¿creen que las religiones orientales son «maravillosas y espirituales» per se? ¿Acaso alguna vez se han puesto a pensar en la historia de la India, de China o de los países del Sudeste Asiático?

En medio de las grandes maravillas y templos, la gente común siempre fue pobre y postergada. Bajo la idea del «samsara» o «ciclo de nacimientos y de muertes» y la ilusión de que «siempre habrá otra vida por vivir» y que si se es pobre o marginal en la presente, pero uno «se porta bien y no molesta», en la próxima se tendrán mejores oportunidades, se eternizó la opresión y la decadencia de dichos pueblos por siglos y siglos, así como el hambre, la miseria y la muerte para millones de personas.

He investigado el asunto de la «reencarnación» por más de 15 años, fui un ferviente creyente en dicho concepto durante mucho tiempo. Me hice experto en regresiones a «vidas pasadas», para ver que había de cierto en ello. ¿Saben que terminé haciendo al final? Dejé todo aquello… Sigo con la tendencia a creer que en la Naturaleza todo es cíclico, y que «algo parecido» a lo que plantea el «Samsara» ha de ser lo que realmente ocurra. Pero nunca más me detuve a pensar en ello, jamás lo tomo en consideración, porque aprendí una cosa: Ese tipo de creencias nos aleja, nos distrae, de vivir plenamente la presente existencia, la única sobre la cual tenemos plena certeza y consciencia.

Volviendo al desarrollo de los pueblos y la relación que esto tiene con sus creencias: No se engañen con el hecho de que muchos productos de «alta tecnología» provengan del Oriente… Primero comenzó el Japón, pero no sin recibir el «influjo» inicial («maligno» para algunos) de USA, durante la posguerra. Luego fueron otros países, pero todos ellos, importando las industrias desde Occidente.

El Oriente nunca progresó en lo científico o tecnológico (en la India existieron ciertos períodos de avance, pero gracias a las invasiones musulmanas y al posterior colonialismo británico, no a factores autóctonos), no porque sean menos inteligentes o emprendedores que los occidentales. Fue por sus creencias religiosas que se quedaron atrás, por su tendencia a «relegar» la vida material, el bienestar físico y real, en pos de «estados espirituales extáticos», que son tan respetables como cualquier otra concepción de la vida, pero desde el punto de vista de la psicología moderna, constituyen poco más que una «leve» alienación de la consciencia.

¿Por qué deberíamos estar forzados a optar? ¿Por qué se nos quieren vender estos falsos valores de: primitivo = espiritual, moderno = inhumano y materialista (en el sentido peyorativo del término)?

El mundo evoluciona, las cosas cambian: Si hoy vivieran Sócrates, Jesucristo o Buddha, es probable que los mismos crearan sitios web y páginas en Facebook para difundir sus ideas… ¡Y no bromeo!

La tecnología es una maravillosa herramienta que nos puede llevar a lo más alto en la exploración del conocimiento y la expansión de la consciencia o nos puede degradar (y hasta destruir), esto también es cierto. Pero no lo es menos, que el primitivismo no hace nada por la espiritualidad, el Humanismo o el desarrollo de la consciencia de nadie. Que es el conocimiento, el progreso y la razón la que traen el bienestar material y espiritual de las personas, no una «pose», un «look» o un estereotipo religioso.

Como pagano, NO ELIJO, me quedo con ambos: La defensa de toda forma de vida, el respeto de todos los seres y también los beneficios de la tecnología y la modernidad. Sigo un camino espiritual, pero uso la tecnología para trabajar, estudiar y divertirme.

Recuerden: Sin «nada», no se puede hacer NADA. Para cualquier actividad (incluso para difundir los pensamientos) se requieren instrumentos de la tecnología humana.

¡No olviden que la escritura fue una vez un «lujo», una «rareza»! Es muy probable, que 5300 años atrás, en Sumer o Egipto, algún padre le dijera a su hijo: «¡Basta de jugar con esos garabatos, ve a trabajar al campo!»… Por suerte, esa tendencia se revirtió y Uds. están leyendo esto, gracias a ello.

Esperemos que la Humanidad, aprenda que la Ciencia y la Tecnología son lo mejor que le ha podido pasar y, sin abandonar sus valores ancestrales, humanos y espirituales, la utilice en todo lo posible y con el mejor de los criterios. Tal cosa, además de redundar en el progreso, la felicidad y el bienestar de todos los seres humanos, acallará a los idiotas que piensan que «hay que optar (o priorizar)» (refiriéndome de nuevo a la fotografía).-

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Oscar Carlos Cortelezzi

Autor, antropología, psicología; community manager, diseño y administración web…

Investigador del pasado y los orígenes de las creencias. Dedicado a la reconstrucción y divulgación del Paganismo; a la lucha por el laicismo y el conocimiento científico. Activista de los Derechos Humanos y los Derechos Animales. Ecologista radical. Pagano, liberal. Escritor, librepensador… 44 años de experiencia en la reconstrucción y difusión del Paganismo y el legado ancestral (25 años en la red).

Me gusta lo desconocido, el Erebus, lo que está en penumbras… Valoro tanto la Oscuridad como la Luz, que forman un eterno balance el cual da vida al Universo. Estoy en una jornada, una aventura y una exploración que sólo terminará cuando muera…

«En la arena del debate, sólo cae herida la ignorancia.»

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