Las falacias en la «Apuesta»:
Estatua de Blaise Pascal
En primer lugar, la «apuesta», carece de lógica por olvidar que la religión cristiana no es, ni nunca ha sido, la única opción para tener «fe».
Se debe tener en mente, que cualquier razonamiento filosófico sobre la «Divinidad», estará viciado de parcialidad e irracionalidad, si no se contempla la totalidad del universo religioso humano.
Tal falencia, es excusable en Pascal debido a la sociedad en donde vivió, sumida desde más de mil años atrás en el más cerrado e integrista credo cristiano. Pero deja en evidencia las limitaciones del «filósofo» y su angosta visión, frente al problema religioso y a la trascendencia del Hombre.
Esto hace que la «apuesta» sea un falso dilema, es decir una falacia argumental que involucra a dos opciones o alternativas como si fueran las únicas posibles, cuando de hecho no es así. Por tanto, la falacia es doble en este caso, dado que no sólo sostiene la existencia o inexistencia de un dios en particular (ignorando a todos los demás que han sido concebidos a lo largo de la Historia). Además, plantea que se debe apostar por la adopción de la vida cristiana para obtener el «premio» que la apuesta plantea, sin entender que todas las religiones ordenan cosas diferentes y prometen diversos tipos de recompensas (o a veces, ninguna). Pascal pareció estar cegado a la realidad de que la versión cristiana, es sólo una de entre muchas posibles «apuestas» a llevar a cabo.
Finalmente, el filósofo, olvidó que existe la posibilidad de no elegir, de no apostar, y de no creer, tal como lo hacen agnósticos, ateos y otros humanistas, que no hay nada que perder o que ganar, excepto el poner en riesgo el tiempo vital, en esta existencia real y presente, que según estos grupos, es la única que poseemos.
Es necesario comprender que el concepto de la «Apuesta», sólo se enfoca en la idea de que existe un dios (que no es parte del Cosmos ni de la vida universal), dando por sentado que el mismo, nos tiene preparada una vida inmortal luego de la muerte física y que existirá una condena o salvación eterna para cada quien, según sea la opción que se elija.
Primero que nada, hay que recordar que existen (y han existido) religiones que nunca han creído en una vida después de la muerte, por lo que para sus fieles, la «apuesta» no tendría sentido alguno (aun cuando estos sean creyentes en la Divinidad). Para ejemplificarlo, no es necesario hacer referencia a algún credo exótico o muy alejado del sistema de creencias que Pascal mantenía.
Autor, antropología, psicología; community manager, diseño y administración web…
Investigador del pasado y los orígenes de las creencias. Dedicado a la reconstrucción y divulgación del Paganismo; a la lucha por el laicismo y el conocimiento científico. Activista de los Derechos Humanos y los Derechos Animales. Ecologista radical. Pagano, liberal. Escritor, librepensador… 46 años de experiencia en la reconstrucción y difusión del Paganismo y el legado ancestral (27 años en la red).
Me gusta lo desconocido, el Erebus, lo que está en penumbras… Valoro tanto la Oscuridad como la Luz, que forman un eterno balance el cual da vida al Universo. Estoy en una jornada, una aventura y una exploración que sólo terminará cuando muera…
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