En nuestra sociedad moderna, damos por sentado que la única forma de pensar (correctamente) es la que comprende mecanismos lógico-racionales. De hecho, todo el discurso de nuestra cultura es de corte lógico-racional.
Lo anterior, hace que se nos dificulte enormemente, el comprender a las civilizaciones y culturas antiguas, que mantenían un sistema de creencias mítico-simbólico y, por lo general, subestimamos su forma de pensar y concebir el mundo.
Por adelantado, quiero aclarar que nada de lo que diré, implica validar el pensamiento irracional, ya que justamente, lo que intento precisar es que no es igual (en modo alguno) el utilizar debidamente un discurso mítico-simbólico que uno irracional, fundamentalista o falto de sentido común.
No escapa a nadie, de mediana ilustración, que en nuestros comienzos como especie, pensábamos con imágenes. Eso es lo que permitió desarrollar nuestra imaginación (de hecho, no puede existir imaginación verbal, la misma es análoga al pensamiento onírico).
Pese a lo anterior, cuando la cultura fue evolucionando, quizás ya hace 80000 años, o algo más, desarrollamos el lenguaje. De seguro, esto no ocurrió en un lugar y tiempo único, sino que fue un fenómeno repetitivo y aislado en diversas regiones (tal como mucho después, ocurriera con la escritura, de la que tenemos constancia, respecto de que se inventó al menos 6 veces: Mesopotamia, Egipto, China, Valle del Indo, Mesoamérica, Oceanía, etc…).
La invención de una manera verbal de comunicación (o tal vez habría que decir el “surgimiento” de ésta), produjo un progresivo y constante retroceso de la forma “visual” de pensar, de la visualización mental. Tristemente, con ello, se fue una riqueza inmensa de ramificaciones de la consciencia, de posibilidades de elaboración de ideas. El pensamiento simpático, asociativo y simbólico se redujo enormemente… (El hemisferio derecho del cerebro humano, fue quedando relegado y cada vez más inactivo).
En cualquier caso, esto fue necesario para la transmisión de los conocimientos, para permitir a las comunidades el legar la experiencia de cada generación, elaborando lo que los antropólogos conocen como “transmisión oral” de la cultura.
Sin embargo, en la medida que surgió la civilización y la escritura, se desarrolló el pensamiento simbólico (muy particularmente en aquellos sistemas, como el egipcio, en donde predominaban los pictogramas). Esto era como una “segunda vuelta de tuerca”, al permitir expresar ideas muy complejas intuitivas y transmitirlas a la posteridad.
Las personas adquirieron la capacidad (quizás “de nuevo”), de poder explicar cosas que escapaban a su entendimiento común, de darle sentido a lo que, hasta entonces, no lo tenía. Allí fue cuando aparecieron los mitos y los símbolos.
Los mismos, no eran meros mecanismos “chapuceros” para satisfacer interrogantes, para fortalecer o instaurar mecanismos de dominación (tal como pretende el “materialismo histórico”, que ve intenciones políticas, incluso en épocas cuando todavía no existía la política) ni ninguna de las cosas que algunos académicos, cuyos métodos de análisis estuvieron teñidos por diversos factores relativos a sus épocas (principalmente a finales del s. XIX), nos han hecho creer.
El pensamiento mítico-simbólico es el que levantó a las pirámides, al Partenón; el que creó los primeros estados, las primeras leyes y las identidades culturales y nacionales. Sin este factor, la civilización humana no existiría o nunca habría pasado de aldeas y poblados que sólo buscasen una mediocre subsistencia.
No obstante, el pensamiento humano evolucionó y surgió el sentido crítico, la Filosofía, el razonamiento lógico y finalmente la Ciencia. Allá por la Grecia Clásica, se dieron los primeros pasos y se consumó en tiempos del Renacimiento y el Siglo de las Luces. El resto de la historia, ya la conocemos…
Sin embargo, algo se perdió con todo ese proceso: Progresivamente, los pueblos comenzaron a dejar de pensar en la Eternidad, para pasar el tiempo vital en el día a día… La consciencia ecológica se evaporó al mismo ritmo que las ideas mítico-sagradas sobre el origen de las cosas. La Naturaleza pasó a ser un objeto, no un sujeto (antes tomado como sagrado).
Este fenómeno, se profundizó en los tiempos modernos, en muchos sentidos, pero más que nada en el que nos interesa aquí: Somos “ágrafos”, en lo que se refiere a ese otro pensamiento (el mítico-simbólico) y por tanto, incapaces de entender a los antiguos.
Es hasta cómico, el ver los torpes intentos de algunos “especialistas” al analizar las posibles razones que los pueblos antiguos tenían para llevar a cabo tal ritual o tal otro. Un caso patético y muy recurrente entre arqueólogos y antropólogos, es aquello de definir como “objeto ritual” a cualquier cosa sobre la cual no se conozca su uso original…
Los humanos modernos, necesitamos dar “otra vuelta de tuerca” y entender a los mitos por lo que (realmente) son… Los mitos nunca han pretendido contar historias sobre la realidad de los hechos. Siempre han sido metáforas de sentido y lenguajes del inconsciente humano (ya como Carl Jung atinaba a decir hace un siglo). Los mitos siempre fueron el lenguaje con que el pasado nos habla, las voces de miles de generaciones de ancestros, cuyo eco resuena en las historias y símbolos que cada uno de ellos contiene.
Necesitamos de los mitos, ahora iluminados por el pensamiento lógico-racional, que nos protegerá de los fundamentalismos, las supersticiones y las ideas pusilánimes. Pero es imprescindible el permitir que los mismos tomen el protagonismo que tuvieron en otras épocas, porque es la única manera en que podremos volver a construir “partenones” y “pirámides” y no continuar nadando en productos descartables, pensando que no se le puede dar sentido a la Vida (la Vida no lo tiene, ontológicamente hablando, pero sí cada quien le puede dar un propósito y sentido a la suya) y permitirá que volvamos a respetar de nuevo a la Naturaleza.
El lenguaje lógico-racional, nunca se extenderá y predominará lo suficiente como para hacer mella en la ignorancia, en la superstición y el sinsentido. Necesitamos de los mitos, limpios de fundamentalismos para enfocar mejor el pensamiento humano, para volver a “pensar con imágenes” y volver a tener un lenguaje metafórico, con la riqueza y profundidad que permitió el surgimiento de las grandes civilizaciones (de las cuales, muchas veces estamos orgullosos, pero cuyas formas de pensar, rara vez atinamos a comprender).
Los verdaderos mitos (no las neo-mitologías, como las surgidas de sagas del cine o la TV, ni las pseudo-mitologías, como las derivadas de la New-Age), son parte de nuestra cultura, del legado de las miles de generaciones que nos precedieron y el mecanismo por el cual, nuestra mente se puede expandir mucho más allá del “aquí y ahora”.
Usemos esta herramienta de la cultura humana, sin temores y sin abandonar la lógica, para que las dos partes de nuestro sistema de pensamiento, de nuestro cerebro, puedan funcionar a pleno y avancemos en nuestra evolución como individuos y como sociedad.-
Autor, antropología, psicología; community manager, diseño y administración web…
Investigador del pasado y los orígenes de las creencias. Dedicado a la reconstrucción y divulgación del Paganismo; a la lucha por el laicismo y el conocimiento científico. Activista de los Derechos Humanos y los Derechos Animales. Ecologista radical. Pagano, liberal. Escritor, librepensador… 44 años de experiencia en la reconstrucción y difusión del Paganismo y el legado ancestral (25 años en la red).
Me gusta lo desconocido, el Erebus, lo que está en penumbras… Valoro tanto la Oscuridad como la Luz, que forman un eterno balance el cual da vida al Universo. Estoy en una jornada, una aventura y una exploración que sólo terminará cuando muera…
«En la arena del debate, sólo cae herida la ignorancia.»
Son muy buenas todas estas reflexiones, ayudan mucho emocionalmente y que mejor que pueda compartirlas con mis familiares y amigos.
Muchas gracias Roberto!! Tu comentario me motiva a seguir escribiendo… :)
Muy interesante el artículo, mas que nada creo que además de contar una historia o ser voces del pasado son las formas en que ellos conocían a la tierra y se identificaban con los mitos y las criaturas. Soy creyente de que todas estas criaturas existieron en algún momento de nuestra historia y mas que ser voces creo que son la historia y las cosas que con el paso del tiempo hemos ido olvidando. ¡Un saludo!